Cuando, en 2004, Barcelona organizó el Fórum Universal de las Culturas, recuperó un área abandonada de playas y barracas situada entre la ciudad y el municipio de Sant Adrià del Besòs. Conocida como El Camp de la Bota, se construyó un gran equipamiento, que se presentó al mundo silenciando el lugar que esta zona ocupa en la memoria de la ciudad. Fue aquí donde, en los años cincuenta y sesenta del siglo XX, la inmigración española que llegó a la ciudad atraída por el sueño de trabajo y riqueza, halló la realidad del chabolismo. También fue aquí donde, de 1939 a 1952, el régimen franquista fusiló a unas 1.700 personas. Un pasado que Francesc Abad quiso hacer visible recuperando la documentación personal de las personas asesinadas y el relato de sus hijos y nietos en una gran instalación que lleva por nombre El Camp de la Bota. Como apuntaba el antropólogo Manuel Delgado: “¿A quién le interesa tener presente todo aquello? ¿Y por qué? ¿No es mejor proclamar a gritos –sin decirlo– que el paredón no existió, que los cientos de fusilados allí nunca fueron fusilados? Porque nadie fue fusilado allí ni en ninguna parte, nadie fue perseguido en esta tranquila ciudad que abre sus puertas hoy al abrazo cósmico entre culturas.”

OBRAS EN LA COLECCIÓN DE FRANCESC ABAD

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