Vista de la exposición "En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual", 2021. Foto: Miquel Coll

Coleccionista apasionado

Coleccionista apasionado vinculado al mundo textil, Rafael Tous (Barcelona, 1940) apostó por el arte de concepto como conjunto de prácticas plurales que priorizaban la idea y el proceso antes que el objeto. Sin intención especulativa y de manera intuitiva, Tous configuró un fondo que reúne las actitudes y los trabajos experimentales de un grupo de artistas que, desde inicios de los años sesenta y de manera pionera, apostaron por el arte conceptual. Además de acompañarlos en su crecimiento artístico, también estableció con ellos vínculos de amistad.

Vista de la exposición 'En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual', 2021. Foto: Miquel Coll

Un arte de acción

Soplar, trazar, observar, correr… La acción fue una de las expresiones artísticas más utilizadas en la década de 1970. Materialmente efímera y alejada de toda disciplina artística tradicional, reunía todos los elementos que las nuevas generaciones de artistas querían poner en circulación. Entre las diversas formas que adoptó hubo un accionismo asociado a la naturaleza por el que los artistas mostraron gran interés, ya fuese explorando el movimiento del propio cuerpo en el espacio y la percepción de los fenómenos físicos, interactuando de un modo directo con el paisaje o bien registrando tensiones y documentando paralelismos. Algunos artistas desarrollaron acciones complejas y escenográficas, en las que a menudo se ponían en riesgos.

Vista de la exposición 'En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual', 2021. Foto: Miquel Coll

La alquimia de los elementos

Los artistas vinculados al paisaje y a la naturaleza incorporaron esta como marco de acción o bien como una herramienta de trabajo y experimentación. El agua, la tierra, el aire y el fuego ya no se utilizaban a modo de soportes, sino como materias primas y como campos de exploración. El resultado fue un arte alquímico muy cercano al medio natural y sus trasformaciones, procesos y energías que dio lugar a una amplia pluralidad de prácticas. Entre las diferentes propuestas destaca la proximidad con todo cuanto está vivo, la denuncia de cualquier forma de abuso animal y el compromiso con la idea de los cuidados.

Nuevos comportamientos sociales

En los años setenta los medios de comunicación se convirtieron en nuevos territorios de exploración artística. Su irrupción en el imaginario colectivo, el consumismo creciente y la popularización del mundo de la imagen alentaron el interés por ellos. El resultado fue un arte crítico y de denuncia, con frecuencia sociológico, que visibilizaba distintas formas de manipulación en el capitalismo avanzado. Fueron muchos los artistas que se interesaron por los medios de comunicación y sus imágenes, las cuales manipularon e intervinieron a fin de desplegar sus mitologías personales o mostrar la nueva mercantilización de la mirada. Mediante recursos como la literalidad, la ironía, el juego o la subversión, denunciaban las carencias y los errores de la ascendente sociedad de consumo.

Vista de la exposición 'En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual', 2021. Foto: Miquel Coll

Stalingrado, Guernika, Dresde, Auschwitz...

La mirada política y de denuncia contra las diversas formas de totalitarismo del siglo XX es una constante en el arte de los años setenta. La primera generación de artistas conceptuales catalanes se vio marcada por la fuerte oposición al franquismo, rechazo que existía asimismo en otros lugares de España. La debilidad del régimen hizo que entraran con fuerza en el país el espíritu revolucionario del Mayo francés, las teorías marxistas y una manera de entender el arte como herramienta de transformación social. En este marco se dieron propuestas de una gran radicalidad política y otras de denuncia social. La discriminación de las mujeres, las primeras elecciones, el tratamiento televisivo de la muerte de Franco, pero también la memoria de los fascismos y la militarización innecesaria centran algunas de las propuestas artísticas de aquel momento.

La vida de las palabras

La eclosión del arte de concepto en Cataluña se dio en paralelo a la experimentación del lenguaje que se vivió en otros ámbitos de la vanguardia. Fue en los años setenta cuando se difundió ampliamente la poesía visual desarrollada de forma pionera en la posguerra europea, así como la filosofía del lenguaje y las teorías semióticas. Las tesis de teóricos como Ludwig Wittgenstein, Ferdinand de Saussure y Marshall McLuhan abrieron un nuevo paradigma explorado también por el arte. El interés por todo lo vinculado a la palabra, la relación equívoca entre el lenguaje y las cosas, la dimensión semántica del objeto, la idea del juego asociado a la fonética y los patrones de repetición son algunas de las propuestas que han quedado de ello.

Vista de la exposición 'En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual', 2021. Foto: Miquel Coll
Vista de la exposición 'En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual', 2021. Foto: Miquel Coll
Vista de la exposición 'En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual', 2021. Foto: Miquel Coll
Vista de la exposición 'En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual', 2021. Foto: Miquel Coll

Poética de los objetos

La vida de los objetos y la proliferación de los bienes de consumo centraron la atención de las prácticas experimentales del momento, que exploraron sus múltiples facetas, tanto formales y poéticas como discursivas. Los objetos cotidianos y pobres, descontextualizados e intervenidos de múltiples maneras, ocuparon el lugar de la obra de arte. En esta línea, y entre los artistas catalanes, se encuentran propuestas tan singulares como las enfangades o embarraduras, la incorporación de relicarios y objetos imposibles, el gusto por el objeto kitsch y una acusada estética de la pobreza.

Por un arte crítico

También en los ochenta y los noventa el compromiso social y político siguió estando presente en gran parte de las prácticas artísticas. La denuncia de cualquier forma de violencia, la guerra y el colapso del diálogo, además de las formas de abuso social ejercidas en diferentes partes del planeta, centraron el interés de artistas con una trayectoria ya consolidada. En esta línea de trabajo, Francesc Torres se sirvió de imágenes mediáticas y objetos de la sociedad de consumo para desactivar códigos ideológicos no siempre explícitos. El artista impulsó, desde el arte, un pensamiento colectivo, efectivamente crítico, que ponía en evidencia paralelismos irrefutables, como en su “Siegesallee o Avinguda de la Victòria”, o su intervención de páginas de conocidas revistas como el histórico “Newsweek”.

Vista de la exposición 'En tiempo real. La Colección Rafael Tous de arte conceptual', 2021. Capella MACBA. Foto: Miquel Coll

Sala Metrònom

Para crear un espacio de arte plenamente contemporáneo, Rafael Tous abrió la sala Metrònom de Barcelona. Situada primero en la calle Berlinès de Sant Gervasi y después en la calle Fusina, junto al mercado del Born, estuvo activa entre 1980 y 2006. Se organizaron más de un millar de exposiciones y actividades que tuvieron un impacto decisivo en la evolución de la cultura de aquellas décadas, no solo en artes visuales, sino también en artes escénicas, música y cómic. El perfil experimental de los proyectos, fuera de los circuitos internacionales y comerciales, convirtió a Metrònom en un lugar de encuentro con lo inesperado y lo transgresor. La fotografía, el arte tecnológico, la performance y la música contemporánea protagonizaron sus apuestas. Metrònom fue también precursora en la creación de un archivo no solo de su propia actividad, sino también de algunos documentos clave para entender la historia reciente del arte y de un fondo bibliográfico y videográfico de miles de títulos.

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