Aunque Samuel Beckett es conocido por sus novelas y dramaturgias, también se interesó por el cine, la radio y la televisión. Desde mitad de los años sesenta, exploró estos medios con el mismo espíritu de investigación que guió toda su obra dramática: mostrar el dolor y la absurdidad asociados a la condición humana. En 1975 decidió adaptar al cine su pieza teatral Not I, que se había estrenado tres años antes, en 1972, en el Forum Theater del Lincoln Center de Nueva York. Aprovechando las posibilidades formales de este medio, hizo desaparecer la figura humana de este intenso monólogo dando el máximo protagonismo a la boca parlante. Una boca que capitaliza la pantalla como un elemento autónomo, un órgano físico que a su vez se convierte en esfínter y en vagina. A lo largo de los trece minutos de monólogo sincopado interrumpido por risas y gritos, toma una dimensión física inquietante. Una boca (o un yo) que, a un ritmo feroz, comparte con nosotros un pasado doloroso en un mundo donde Dios ya no existe. 

OBRAS EN LA COLECCIÓN DE SAMUEL BECKETT

Visita la exposición