Con su gran instalación, Miralda construye siete altares a las divinidades Orisha, de la región Yoruba, en la costa oeste africana. Un culto ancestral que ha logrado llegar hasta hoy asimilándose con el santoral católico, desde que millones de esclavos africanos cruzaron el mar llegando a Cuba, Brasil, Haití, Puerto Rico, América Central y los Estados Unidos. Un homenaje miraldiano a la transcultura, este concepto que refleja la fusión de imaginarios y formas de vida distintos a través del culto, la comida, el juego, la celebración y la fiesta.

OBRAS DE MIRALDA EN LA COLECCIÓN

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