La fuerza de una voz

Mientras experimentaba con un magnetófono a principios de los años noventa, la artista estadounidense Kristin Oppenheim se dio cuenta de la fuerza de su propia voz, nostálgica y a la vez seductora, que pronto convirtió en objeto de materia artística. Desde entonces, y con un lenguaje minimalista, la artista se encierra en un estudio de grabación y recita frases procedentes de la música popular o escritas por ella misma. Como en su obra Hey Joe, donde va repitiendo el primer verso de un tema popularizado por Jimi Hendrix durante la guerra de Vietnam. Una verdadera experiencia sonora que nos recuerda la fuerza de la voz, incluso cuando ésta es el hilo que nos une con el mundo.