Conservación de la obra mejorando el sistema de montaje y el almacenaje de la pieza Mar negro, Carlos Aires
“ Las obras no deben ser eternas, es un error, ya que tampoco lo son las personas. Para activar la propia obra, el visitante debe caminar sobre ella. El desgaste producido por el roce de los zapatos constituye la propia vida de la obra”.
Carlos Aires. Conservación Mar negro (2013)
La obra Mar negro, del artista Carlos Aires, llegó al MACBA en 2015. Se trata de un suelo construido con listones de madera pintados de distintos colores y colocados en forma de espiga.
El origen de la obra parte de la visión del lugar que tuvo el artista: un cementerio de cayucos y pateras en las costas de Cádiz y de sus maderas pudriéndose en el agua. Para Carlos Aires, el aspecto de los tablones y su estado de deterioro son básicos para la pieza. Ahí radica principalmente el reto de la conservación de esta obra.
Los tablones de madera fueron sacados directamente de las embarcaciones anegadas de agua y posteriormente cortadas para realizar el entramado. Las tablillas fueron fumigadas por el propio artista en un principio.
Vista general de la instalación. Foto: Alejandro Castro.
A la llegada al museo se detectaron dos problemas endémicos en la obra. Uno de ellos afectaba directamente a la conservación de los materiales y era un importante ataque de xilófagos en el soporte lígneo debido a las condiciones a las que había estado expuesto. Por otro lado, nos encontramos con que para evitar el deterioro de la obra en cada montaje y desmontaje se debía replantear el sistema de almacenaje e instalación, una intervención de conservación preventiva.
Para erradicar la deterioración biológica se optó por un proceso de shock térmico, que es un tratamiento de las maderas en una cámara hermética, donde se disminuye la temperatura hasta el grado de congelación. Además, se mantiene siempre una humedad relativa constante para que no afecte negativamente al soporte.
Esquema general de los plafones que componen la instalación.
Hay que precisar que la obra, en origen, estaba totalmente desmontada. Por un lado, los 16 plafones de DM que conforman la base y, por otro lado, las tablillas sueltas que se debían ir colocando una a una realizando el diseño en forma de espiga.
En cuanto a la mejora del sistema de almacenaje y montaje se diseñaron cajas específicas con bandejas extraíbles que guardasen cada plafón montado con sus propias tablillas. De los 16 plafones que componen la instalación se construyeron 4 cajas.
Caja diseñada con el sistema de bandejas extraíbles. Foto: Xavier Rossell.
Sistema de unión de los plafones y las tablillas denominadas piezas de unión. Foto: Alejandro Castro.
Sistema de unión de los plafones y las tablillas denominadas piezas de unión. Foto: Alejandro Castro.
Sistema de unión de los plafones y las tablillas denominadas piezas de unión. Foto: Alejandro Castro.
Sistema de unión de los plafones y las tablillas denominadas piezas de unión. Foto: Alejandro Castro.
Sistema de unión de los plafones y las tablillas denominadas piezas de unión. Foto: Alejandro Castro.
Siguiendo la voluntad del propio artista, las intervenciones que se realizan desde el Departamento de Conservación-Restauración son actuaciones principalmente de conservación preventiva.
