Pionero del arte de acción en Centroamérica, Aníbal López destacó por sus acciones extremas y sus intervenciones urbanas disruptivas. En sus acciones y prácticas performativas conseguía implicar al espectador en las tensiones sociales y políticas de su contexto de origen. Su trabajo se mueve entre el arte conceptual y el minimalismo de los años sesenta y setenta, y la ética revolucionaria de las guerrillas latinoamericanas. Sus acciones, muchas veces situadas en el límite de la ley, muestran la falsedad y el nihilismo de las convenciones sociales y la simbología política, al tiempo que denuncian la militarización de su país y la necesaria pertenencia étnica. Desde finales de los años noventa, firmó muchas de sus acciones artísticas como A-1 53167, el número de su documento nacional de identidad, como una crítica activa al modo en que los códigos de información han acabado usurpando la identidad. 

Entre sus exposiciones individuales, destacan las presentadas en el Museo de Arte Moderno de Guatemala (1999), Centro Cultural de España de San José de Costa Rica (2003), Galleria Civica di Arte Contemporanea de Trento (2006), Centro Cultural de España en Guatemala (2011) y Associazione Prometeo per l’Arte Contemporanea de Lucca, Italia (2002, 2003, 2012). Ha participado en muestras colectivas internacionales como las bienales de Venecia (2001) –donde fue galardonado con el León de Oro–, de Praga (2003), de Porto Alegre (2007), de Pontevedra (2010) y la Documenta de Kassel (2012).

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