Testimonio, 2012

«Necesito a alguien que despeje la calle... Alguien que me cuide la espalda... Ganamos hasta 15.000 quetzales, pero hay que pagarle a los que me ayudaron, trabajamos en grupo.» Aníbal López entrevistó a un sicario de su país de origen, Guatemala, para que le hablara de su trabajo como asesino a sueldo. Lo hizo dos días antes de la inauguración de la Documenta de Kassel, en Alemania,  en 2012, en lo que se conoce como Professional Preview. El público, personas vinculadas al mundo del arte que asistían a la entrevista, pudo dirigirle algunas preguntas. Mientras que las respuestas –un reflejo de la violencia social en contextos  latinoamericanos– parecen normalizar o naturalizar el asesinato, las preguntas del público denotan una visión de la pobreza y la criminalidad simplificada y  completamente mediatizada por los medios. Extirpado de su contexto y de su condición de clase, es él quien es percibido como criminal, aunque sus  jefes tengan su vida en sus manos. Planteada como una performance, la entrevista se proyectó en un espacio expositivo de la Documenta cuando esta se inauguró.