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La realidad y su representación, la realidad y su mediatización son algunos de los grandes temas que, desde el arte, nos mantienen ocupados. La exposición La realidad invocable explora posibles perspectivas de la realidad desde las prácticas artísticas a través de una selección de obras de artistas pertenecientes a diferentes contextos y generaciones.

Mantenemos una relación complicada con la realidad. Vivimos un momento de no realidad, en el que prevalecen las retóricas de distracción, los mecanismos de construcción de la realidad, su mediatización, ficcionalización y virtualización. Al mismo tiempo, existe una «pasión por lo real», por lo genuino, por aquello que es creíble. ¿Existe una realidad al margen de nuestra percepción? ¿Implica la afirmación de lo real tanto la vida como la muerte? ¿Puede ser la violencia extrema el precio que hay que pagar por desvelar algunas capas de realidad? ¿Es lo real lo cotidiano? ¿O la realidad son los otros? ¿Puede el arte tener una incidencia en la realidad? Estas son algunas de las preguntas que se plantea La realidad invocable.


Los trabajos de los artistas que configuran La realidad invocable se acercan a la realidad de una manera sutil, partiendo del «aquí y ahora» de esa realidad que se proponen «investigar y conquistar»: incorporando fragmentos en el espacio expositivo (Roman Ondák), convirtiendo la sala de exposiciones en un espacio real (Antonio Ortega), filmándola (Lutz Mommartz, Jeremy Deller y Mireia Sallarès), intentando dirigirla (John Smith), buscando conexiones en el espacio y en el tiempo (Enric Farrés-Duran), incidiendo en ella (Núria Güell), presentando los efectos devastadores de una realidad mediatizada (Phil Collins), evidenciando la imposibilidad de su representación (Rafel G. Bianchi) o mostrando cómo convertimos la muerte en algo irreal (Jill Magid).

Comisariado por Montse Badia, este proyecto colectivo abre una línea que tendrá continuidad con otra propuesta de Frederic Montornés (abril – agosto 2015) y con un nuevo capítulo presentado en el año 2016. El MACBA pretende interpelar a su contexto artístico más inmediato y, a la vez, ser interpelado por este, asumiendo para ello el compromiso de producir trabajos de artistas que exponen por primera vez en el museo.

La exposición se inicia con los trabajos de dos referentes de los años setenta: John Smith y Lutz Mommartz. El vídeo The Girl Chewing Gum (1976) de John Smith (Londres, 1952) registra una escena que tiene lugar en una bulliciosa calle londinense mientras una voz en off parece dirigir tanto los movimientos de cámara como las acciones que transcurren. El documental dramático Als wär’s von Beckett (A la manera de Beckett, 1976) de Lutz Mommartz muestra un cruel y dramático intercambio de reproches y acusaciones, lamentos y frustraciones de una pareja en crisis, que respondiendo a la invitación del cineasta se mantuvieron separados durante una semana para reencontrarse ante la cámara.

Rafel G. Bianchi se propone tareas que requieren un gran esfuerzo, en ocasiones para evidenciar el absurdo, no solo del trabajo en arte, sino quizás también del mundo. A x metros del objetivo (2006-2014), una obra en proceso que se propone realizar a lo largo de su vida, recoge una serie de imágenes que son el resultado de una acción que consiste en correr, alejándose del objetivo fotográfico durante diez segundos, mientras el temporizador y el propio artista cuentan antes de ejecutar la fotografía. Acudits de vaques i pintors. Cabirol reenactment (2013-2014) consiste en pintar el mismo paisaje a plein air de forma reiterativa en el mismo lienzo.

Enric Farrés-Duran (1983) propone recorridos a partir de coincidencias y encuentros fortuitos. Farrés-Duran clona el libro de Enrique Vila-Matas París no se acaba nunca, en el que el autor plantea una continuidad entre lo real y lo ficticio. Farrés-Duran realiza una investigación por hechos y lugares del «Distrito Quinto», entre la Facultad de Filosofía y la Escuela Massana de Barcelona, que se plasma en una instalación de inputs y hallazgos, en un recorrido urbano comentado y en una publicación.

La realidad entra en el museo en los trabajos de Roman Ondák, Antonio Ortega y Núria Güell. Teaching to Walk (2002) de Roman Ondák es una performance en la que una madre acompaña a su hijo a dar sus primeros pasos en la sala de exposición.

En Zócalo Antonio Ortega. Un intento de glosar el concepto de demagogia (2013-2014), Antonio Ortega instala un zócalo en el espacio expositivo. El zócalo, producido especialmente para la ocasión, es de un tamaño ligeramente más alto que la medida estándar. Con esta mínima modificación y este sencillo gesto, Ortega dota al espacio expositivo de una «realidad con finalidad práctica».

Núria Güell busca la incidencia directa en la realidad. Para ello, con la complicidad de los migrantes desalojados de unas naves industriales del barrio barcelonés del Poblenou ha creado el marco legal de la Cooperativa Ca L'Àfrica. La organización cooperativa es una herramienta que permite hacer contratos de trabajo a sus miembros y así regularizar su situación. Algunos integrantes de la cooperativa han sido contratados en el contexto de la exposición para realizar distintas labores.

Mireia Sallarès, Jeremy Deller y Phil Collins filman la realidad. Le camion de Zahïa (2003) de Mireia Sallarès presenta la historia de Zahïa, una mujer argelina que regentaba un camión de venta ambulante de pizzas en una plaza de Valence, en el sur de Francia, hasta el momento en que una nueva ordenanza municipal prohibió el estacionamiento de este tipo de vehículos en la ciudad, coincidiendo con la remodelación del centro urbano en centro comercial. En esta ocasión, la pieza se activa al instalar en el espacio público un camión parecido al de Zahïa, que actúa como soporte de proyección de una selección de documentales que exploran temas relacionados con la privatización del espacio público y la gentrificación.

So Many Ways to Hurt You (The Life and Times of Adrian Street) (2010), de Jeremy Deller narra la vida de Adrian Street, hijo de un minero galés, que hizo carrera como culturista, con apariciones estelares en programas de televisión y más tarde en Estados Unidos, donde fue figura destacada en wrestling, la lucha libre americana. La instalación ha contado con la colaboración de Mikel Pascal y Javier Murillo, autores del mural inspirado en el documental.

En la instalación Gerçeğin Geri Dönüşü – The Return of the Real (2005), Phil Collins (Runcorn, Inglaterra, 1970) investiga la cultura posdocumental, que la televisión ha tendido a personificar. En esta videoinstalación, varios participantes en reality shows que sentían que esa circunstancia había afectado profundamente sus vidas tienen la oportunidad de volver a contar sus historias, pero esta vez lo hacen en conversaciones que no están editadas ni censuradas.

Aunque la muerte y la inseguridad forman parte de la realidad, nuestras sociedades tienden a no aceptarlas. Para ello crean sistemas, aparentemente objetivos, que apaciguan nuestros miedos y transforman lo que no nos atrevemos a mirar en algo agradable y material. Para Auto Portrait Pending (2005), Jill Magid ha firmado un contrato con una empresa que la convertirá en un diamante cuando ella muera. El contrato, redactado como si fuera una carta de amor, especifica los detalles de la creación del diamante a partir de sus cenizas. La vitrina muestra el arco del anillo y el engarce, pero falta la piedra, el diamante, para completar un autorretrato que, por el momento, está inacabado.