Regina Giménez desplaza la literalidad y reordena el sentido de antiguos mapas de geografía y libros de astronomía. En sus pinturas sobre tela y sus collages textiles, se desprende de la capacidad simbólica de los elementos sígnicos y se dedica a explorar libremente la geometría y el color. De este modo, en lugar de montañas, ríos o constelaciones, la composición se construye como un diálogo formal entre elementos mínimos. Su serie Geo-gráficos investiga en esta dirección. Tomando el tejido como soporte y ocupando el espacio como lo hacían los antiguos estandartes, formas básicas y colores esenciales pasan a ser protagonistas. El conjunto y el fragmento, el cromatismo y la ausencia de color, el serialismo y la individualidad adquieren la categoría de sujeto. Giménez de sirve de grandes superficies y de una verticalidad plenamente aérea para intervenir y transformar el espacio. Su trabajo constituye una revisión contemporánea y en clave textil de la tradición de abstracción pictórica del siglo XX.