A partir de 1966, Jaume Xifra, artista del denominado Grupo de Catalanes de París, abandonó las herramientas pictóricas tradicionales para estampar imágenes realizadas con plantillas artesanales y aerosoles de color siguiendo la técnica del pochoir, que elimina la gestualidad y la emoción. Xifra superpone imágenes de la vida cotidiana y recortes publicitarios en composiciones que constituyen una crítica a la sociedad de consumo. Zapatos, tazas, vasos, cuchillas de afeitar y también rostros humanos se despliegan como en un inmenso escaparate, con un gran efecto plástico gracias al contraste negativo-positivo, el tamaño de los objetos, su orientación y multiplicación, tal como opera la sociedad de la información contemporánea.