Fina Miralles llevó a cabo una serie de fotoacciones con el título L’arbre para la exposición Valors actuals del Costumari Català en les arts plàstiques, presentada en 1975 en la Llotja del Tint de Banyoles y que posteriormente viajó a Igualada, Lleida, Berga y Sabadell. Fue organizada por la artista junto con Josep Domènech y Jordi Pablo, los otros dos participantes en la muestra. A partir del Costumari català de Joan Amades, intentaron revisar la cultura popular con mirada contemporánea. Mientras que Domènech y Pablo presentaron objetos, Miralles mostró su trabajo en torno al árbol, ese ser vegetal de gran simbología en el imaginario humano. L’arbre comprende tres series. En la primera, L’arbre i les matèries naturals, Miralles exploró la relación del árbol con otros elementos de la naturaleza como piedras, barro, plumas, fuego o la persona. En una segunda, L’arbre amb personalitat humana, humanizó durante un día la naturaleza vegetal de un pino. Finalmente, en L’arbre i l’home planteó la relación entre el árbol y el cuerpo humano reivindicando los estrechos vínculos entre uno y otro. En todos los casos, la artista incorporaba la descripción de la acción como título de la obra, con acciones como «vistiendo al árbol», «frutos de piedra», «palabras al árbol» o «atada al árbol». Cuando presentó la exposición, la artista la acompañó con un texto que empezaba así: «El árbol es el elemento natural que ha dado al hombre más rendimiento en todo orden de ideas, no solo por sus inagotables recursos utilitarios [...] sino también como protector, portador de frutos, producto primario para el fuego y tantos y tantos otros; por eso el instinto espontáneo de conservación hizo que en las culturas más primitivas los árboles se convirtieran en divinidades.»