Concebido como una performance para la pantalla, COS SOCIAL. Lliçó d'anatomia examina la construcción social del cuerpo en la cultura contemporánea. El proyecto se vincula a un lugar común en la pintura barroca: las lecciones de anatomía, que reflejaban pictóricamente el nuevo paradigma de conocimiento empírico y científico del racionalismo moderno. Para la reconstrucción de esta particular lección de anatomía, Morey se emplaza en el anfiteatro anatómico de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, construido en 1762 y uno de los mejor conservados de Europa. En el siglo XVII las clases de anatomía con disección eran actos poco frecuentes y espectaculares, hasta el punto de convertirse en eventos sociales.

La pieza, de cincuenta minutos de duración, muestra el cuerpo de un hombre situado en un anfiteatro y rodeado de un grupo de personajes que lo examinan, así como varias cámaras que graban la acción desde distintas perspectivas. «A medida que la cámara va dando vueltas, se va transformando en un personaje más del cuadro», explicaba el artista. Mientras la obra avanza y la cámara se va acercando al cuerpo desnudo, se oyen fragmentos del ensayo de Félix Guattari y Gilles Deleuze El Antiedipo. Capitalismo y esquizofrenia (1972) y del manifiesto Cine-Ojo y otros textos de Dziga Vertov de la década de 1920.

En la trayectoria de Morey, destaca el interés por mostrar al sujeto como una máquina de deseo sometida a una pulsión erótica y al mismo tiempo destructiva. En este contexto, y como indica el título de la obra, el artista establece un paralelismo entre el cuerpo físico y tangible del individuo (un cuerpo manipulado, observado, diseccionado y objetualizado en una lección de anatomía) y el cuerpo social como el conjunto de individuos manipulados, observados, diseccionados y objetualizados por los mecanismos del poder. El cuerpo inerme y aparentemente apolítico en manos de unos alegóricos profesionales de la medicina se convierte así en una imagen de la construcción política del cuerpo.