El artista mexicano Antonio Vega Macotela trabaja con colectivos homogéneos, como soldados, mineros o presos. En Time Divisa, ha realizado 365 «intercambios de tiempo» con los reclusos del centro Santa Martha Acatitla en México D. F. En este caso, el artista ofreció a los internos la posibilidad de intercambiar acciones. Les pidió qué querrían hacer y no les era posible debido a su condición de presos, y les ofreció la opción de hacerlo él personalmente. A cambio, los internos tenían que ejecutar las acciones que les pedía el artista. Acordaron un día y una hora para llevarlas a cabo simultáneamente. Así, Vega Macotela fue a ver cómo daba sus primeros pasos un hijo, buscó películas de culto, bailó con una madre o visitó burdeles, entre otras acciones. Mientras, los reclusos contaban los latidos de su corazón y sus respiraciones, perforaban una superficie o marcaban los pasos que hacían mientras escuchaban una canción, entre otros actos.

El proyecto, que duró cuatro años, presenta un sistema radicalmente específico de intercambio de tiempo. En lugar de cambiar tiempo por dinero, como es habitual, explora la posibilidad de intercambiar acciones o fragmentos de vida.