Las acciones del colectivo anónimo Agustín Parejo School fueron pioneras en los años ochenta de una práctica del arte como activismo urbano y social. Tomando como referentes a Marcel Duchamp, Joseph Beuys y Art & Language, así como la tradición de agitación callejera del futurismo, llamada agit-prop, el afterpunk y la Internacional Situacionista, APS convirtió el espacio público en un campo de acción colectiva a través de la práctica del arte y del lenguaje. La distancia habitual que separa arte y ciudadanía quedaba así desdibujada. Eran años de paro y escasez de vivienda: la primera crisis del capitalismo industrial en un contexto ya de democracia. Los sorprendentes grafitos y las inesperadas acciones callejeras de APS llamaron la atención en una ciudad de provincias que los recibió con complicidad. La calle también era un territorio válido para el arte. Una parte de la actividad artística de APS tomó la forma de pintadas en la calle. En una de ellas pintaron la palabra Poezía y en otra Never Mind the Pollocks. En un contexto de transición política como el de los años ochenta en el Estado español, con una gran producción anónima de mensajes políticos pintados en las paredes, el elemento poético o a las referencias al mundo del arte de sus pintadas constituían una excepción que subvertía el sentido habitual de estas prácticas. En el proyecto Málaga Euskadi Da (1986) se hibridaron los tipos nacionales de estos dos territorios, generando figuras como los vendedores de claveles con chapela o los aizcolaris con trajes de faralaes. Por fabor estamos parados (1986) consistió en la edición de postales y de un calendario con grafitis callejeros pintados por la Agustín Parejo School. En el proyecto Caucus, que se materializó en las calles de Fuengirola el 4 de enero de 1986, un candidato a unas elecciones políticas se paseó por las calles con un equipo de personas que colgaba pasquines y hacía pintadas, y un coche que lanzaba mensajes por megafonía: Vota Moreno. Detrás de este nombre, no había ningún candidato. La parodia era perfecta: la campaña electoral mantenía toda la parafernalia ceremonial al uso pero se había vaciado de cualquier referencia o identidad política. A su vez, el proyecto Lenin Cumbe (1992) reventaba el dispositivo de la autoría. Ante la invitación del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla el año en que se conmemoraba la llegada de los españoles a América, APS respondió inventando un artista caribeño llamado Lenin Cumbe. Solo los más expertos, supieron que se trataba de una impostura. Agustín Parejo School presenta a Lenin Cumbe constaba de 12 televisores cuyas pantallas estaban pintadas con escenas y textos alusivos a la actualidad latinoamericana y española. El catálogo que acompañaba la exposición era una pieza clave de la obra. En otro proyecto, de 1993, APS se burlaba del concepto que había puesto en circulación el pensador norteamericano Francis Fukuyama editando una serigrafía donde se leía El final de la historia en la camiseta de una chica en la playa con apariencia de felicidad. Uno de los proyectos más significativos de Agustín Parejo School fue Du côte de l’URSS (1985), que consistió en la puesta en marcha de varias acciones, la edición de postales y la producción de distintos collages. Entre las acciones, destaca la escenificación frente a una pintada en una calle de Málaga. Sobre una valla donde se veía el centro histórico de la ciudad, una zona que rezumaba conflictividad, APS pintó su nombre en la pared en alfabeto cirílico y una plantilla con el rostro de Lenin. Los miembros del grupo, equipados con casco, corrieron delante de la pintada simulando a un grupo de artistas soviéticos que se dirigían al puerto de Málaga para dar la bienvenida a un barco ruso. La fotografía de esta acción se reprodujo en fanzines y en la prensa.
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