Philip Guston
Edge
Borde
1967
Philip Guston, hijo de emigrantes rusos, nació en 1913 en Montreal, Canadá. A la edad de seis años se trasladó con su familia a Los Ángeles. Atraído desde muy joven por el dibujo, en 1927 ingresó en la Manual Arts High School de aquella ciudad, donde se inició su interés por el dibujo. Era amigo de Jackson Pollock y ambos fueron expulsados de la escuela por dibujar cómics en los que ridiculizaban el programa académico del centro. Con la excepción de una breve estancia en el Otis Art Institute en 1930, su formación fue básicamente autodidacta. En los años cincuenta se convirtió en una de las figuras relevantes del expresionismo abstracto, pero fue en 1970, a raíz de una exposición en la Marlborough Gallery de Nueva York, cuando su obra recibió el reconocimiento unánime de la crítica. A lo largo de su vida, repleta de momentos complicados, una de sus ambiciones fue crear un arte en constante experimentación y renovación.
En las fases de transición y los momentos de duda que padece el artista, el dibujo tiene un papel decisivo en su obra y se convierte en un instrumento de ensayo y regeneración de su arte. Philip Guston ha manifestado: "El acto de dibujar es lo que te lleva a nuevos encuentros, lo que resulta sugestivo, lo que te permite descubrir. A veces, parece que basta con dibujar, sin dejarse distraer por el color y el volumen. Sin embargo, hacer del dibujo y de la pintura una sola cosa es una antigua ambición."
En 1966 Guston expuso sus primeros cuadros y dibujos en The Jewish Museum de Nueva York. En ese momento comienza un período caracterizado por el abandono de la pintura y la dedicación absoluta al dibujo. Realiza imágenes de objetos paralelamente a lo que él denomina "dibujos puros", que, contemplados en conjunto, evidencian la meticulosa búsqueda de una nueva solución pictórica. Air, Edge, Horizon y Mark son obras ilustrativas de ese momento en el que el artista indaga en un terreno próximo al minimalismo; el propio artista las ha considerado decisivas en su obra. A este tipo de dibujos que rompen con la producción inmediatamente anterior los denomina indistintamente "reductivos", "minimalistas" o "puros"; la línea, de trazo sencillo y directo, adopta su propia identidad como organizadora de la composición de la superficie. Guston comenta: "¿Qué pasaría –pensé– si lo eliminase todo excepto el sentimiento inicial, el pincel y la tinta...? Era como si me pusiese a prueba yo mismo, ver lo que soy, lo que era capaz de hacer. Es curioso, en aquel momento de los sesenta quería ser un extraño para mí mismo." Los dibujos "puros" de Guston, a pesar de ser independientes, vistos en conjunto crean una secuencia que revela la meticulosa búsqueda de una nueva solución pictórica. En cierto sentido, fue el regreso a lo esencial, a lo básico, aunque al mismo tiempo existe una necesidad por el objeto tangible.
En las fases de transición y los momentos de duda que padece el artista, el dibujo tiene un papel decisivo en su obra y se convierte en un instrumento de ensayo y regeneración de su arte. Philip Guston ha manifestado: "El acto de dibujar es lo que te lleva a nuevos encuentros, lo que resulta sugestivo, lo que te permite descubrir. A veces, parece que basta con dibujar, sin dejarse distraer por el color y el volumen. Sin embargo, hacer del dibujo y de la pintura una sola cosa es una antigua ambición."
En 1966 Guston expuso sus primeros cuadros y dibujos en The Jewish Museum de Nueva York. En ese momento comienza un período caracterizado por el abandono de la pintura y la dedicación absoluta al dibujo. Realiza imágenes de objetos paralelamente a lo que él denomina "dibujos puros", que, contemplados en conjunto, evidencian la meticulosa búsqueda de una nueva solución pictórica. Air, Edge, Horizon y Mark son obras ilustrativas de ese momento en el que el artista indaga en un terreno próximo al minimalismo; el propio artista las ha considerado decisivas en su obra. A este tipo de dibujos que rompen con la producción inmediatamente anterior los denomina indistintamente "reductivos", "minimalistas" o "puros"; la línea, de trazo sencillo y directo, adopta su propia identidad como organizadora de la composición de la superficie. Guston comenta: "¿Qué pasaría –pensé– si lo eliminase todo excepto el sentimiento inicial, el pincel y la tinta...? Era como si me pusiese a prueba yo mismo, ver lo que soy, lo que era capaz de hacer. Es curioso, en aquel momento de los sesenta quería ser un extraño para mí mismo." Los dibujos "puros" de Guston, a pesar de ser independientes, vistos en conjunto crean una secuencia que revela la meticulosa búsqueda de una nueva solución pictórica. En cierto sentido, fue el regreso a lo esencial, a lo básico, aunque al mismo tiempo existe una necesidad por el objeto tangible.
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