
El MACBA y el autismo Un «lugar» donde hacerse preguntas y tentar acciones
En el marco de los programas educativos y de accesibilidad, el MACBA impulsa actividades y talleres para acoger a niños con autismo y a sus familias.
¿Qué «lugar» es el autismo?
En el MACBA ofrecemos actividades y visitas con soportes de accesibilidad para colectivos muy diversos, entre ellos, personas con trastornos del espectro autista (TEA). Además, en 2018 iniciamos una línea de investigación y experimentación centrada en el autismo en el marco de los talleres familiares. Las actividades desarrolladas en esta línea no se centran en acoger a las personas con autismo en los espacios expositivos, es decir, en el museo como contenedor y difusor del arte, sino en convertir el museo en un espacio de experimentación artística.
Por eso, más que un perfil, un trastorno o un diagnóstico, el autismo es un «lugar» donde plantearse preguntas y tentar acciones (que tal vez no llevan a ninguna parte, pero cambian las cosas de sitio). O incluso más: autismo es una llave, una palabra de paso; para abrir el museo como un espacio de acogida y experimentación con los niños, con las familias y con las artistas en cualquier taller educativo.
La normalidad del autismo
Reconociendo la necesidad, incluso la urgencia, de avanzar en un acceso igualitario de las personas con autismo a todos los espacios y actividades públicos, los proyectos impulsados en el museo tratan de enfocar la normalización de otro modo. Lo que pretenden es cuestionar los límites de la normalidad de un taller familiar, de un taller artístico o de un taller educativo; permitir que los niños autistas nos enseñen hasta dónde se puede llevar el «estar», «hacer», «jugar», «comunicarse» y «explorar» juntos en un taller; aprender, en definitiva, del autista hasta dónde puede llevarse el concepto «juntos».
¿Cómo y cuándo empieza un taller educativo? ¿Dónde acaba? ¿Qué espacios son el «dentro» y cuáles el «fuera»? ¿Cómo podemos darnos la bienvenida? ¿Qué es «despedirse»? ¿Quién participa en el taller? ¿Qué acciones forman parte de él y cuáles no? ¿Cuántas formas existen de estar en un taller? ¿Cómo se forma un grupo? ¿Y cómo se forma parte del grupo? ¿De cuántas formas podemos entrar en contacto? ¿Qué es utilizar un objeto? ¿Y transitar un espacio? ¿Y responder a una invitación? ¿Qué es «responder»? La mayoría de estas preguntas, y muchas otras, no estaban planteadas antes de iniciar los proyectos, sino que han surgido durante las actividades con las familias y los niños con autismo. Es importante decir que el trabajo en torno al autismo no nos ha permitido hallar una respuesta a esas preguntas; tan solo hemos aprendido que en cada ocasión (en cada taller, en cada persona…) podemos encontrar respuestas distintas.
Flatus Vocis
Flatus Vocis es una propuesta de taller familiar que parte de la práctica artística de Laia Estruch. Dirigido específicamente a familias con niños con autismo, el taller se basa en un cruce de las prácticas performáticas del cuerpo y de la poesía oral experimental. En esencia, invita a los participantes –adultos y niños– a convertirse, a su ritmo y a su gusto, en agentes de una performance y de una acción vocal colectiva. Partiendo de nuestras voces como material, Flatus Vocis propone trabajar la oralidad y la escucha de una forma distinta a la habitual. Nos adentramos en un proceso de reconocimiento de los sonidos de las voces dentro de nuestro cuerpo, dentro del cuerpo de los otros, dentro del cuerpo de las palabras y de las cosas, para descubrir nuevos paisajes y personajes desconocidos. El cuello, la garganta, la boca, la nariz, el estómago, el torso, los brazos, las piernas; pero también las paredes, los muebles, los utensilios, los juguetes, incluso el vacío… Todo ello es cuerpo y también es voz.
Podemos experimentar la voz como un lazo que estrecha… pero también como un lazo que se deshace…
Podemos experimentar la voz como un espacio: claro u oscuro, denso o ligero, lleno o vacío, incluso ruidoso o silencioso…
O podemos experimentarla como un recorrido por el espacio: directo, sinuoso, deslizante, que se eleva o que cae…
Podemos experimentar la voz como un tiempo: duración, ritmo, repetición, golpe y caricia, estereotipia o letanía…
Podemos experimentar la voz como un objeto: dándola, transfiriéndola, disfrazándola, esculpiéndola, moldeándola.
«¿Como suena un museo?», «Magnetismos»…
Y más talleres familiares
A partir de la experiencia del Flatus Vocis, hacemos lo posible para acoger a familias con niños con autismo o necesidades similares en otros talleres familiares del MACBA. A partir de prácticas artísticas abiertas y maleables, ajustamos los aspectos necesarios para facilitar la participación de estas familias y para promover un aprendizaje colectivo con nuevos artistas y propuestas de talleres.
En este curso, los talleres familiares «¿Cómo suena un museo?» y «Magnetismos» se han incorporado a la oferta de talleres dirigidos a niños con autismo. Trabajamos para ofrecer más talleres próximamente.
Los proyectos educativos del MACBA con niños con autismo han contado con la colaboración imprescindible de la escuela Carrilet, el Centro de Educación Especial L’Estel – Can Bori, la red de centros de desarrollo infantil y atención precoz (CDIAP) y la Asociación Catalana de Atención Precoz (ACAP).
Con el apoyo de: