Joaquín Torres-García (Montevideo, Uruguay, 1874-1949) llegó a Barcelona a los 17 años cuando su padre, un catalán que había emigrado a América, decidió volver. Fue en Barcelona donde recibió su formación artística y donde pronto destacó como uno de los impulsores del Noucentisme, movimiento que defendía la vuelta al clasicismo y a la tradición mediterránea. Pintor, escultor y creador de juguetes, fue un gran divulgador del arte y teórico del constructivismo. En 1920 inició una etapa viajera que lo llevó a Nueva York, Italia y París, donde se estableció en 1928. En París se relacionó con autores y grupos de vanguardia y, junto a Michel Seuphor y otros artistas abstractos, creó el grupo y la revista Cercle et Carré. Ya en estos años defendía, en el texto “Vouloir construiré”, en la revista del grupo: “Si en la base de la construcción hay emoción o razonamiento, nos debe dar igual: nuestro único objetivo es construir” (Joaquín Torres-García: “Vouloir construire”, Cercle et Carré, nº. 1, París, marzo de 1931, publicado en castellano en Ángel González García, Francisco Calvo Serraller, Simón Marchán Fiz: Escritos de arte de vanguardia, 1900/1945. Madrid: Akal, 1999, p. 278).

Pronto se distanció del grupo y, partiendo de los principios de la abstracción pura del movimiento neoplasticista, desarrolló su estilo personal: un lenguaje basado en un sistema de relaciones geométricas y un repertorio de pictogramas que el denominó “universalismo constructivo” y que proponía un arte elaborado de acuerdo a los principios de proporción, unidad y estructura. En 1934 volvió a Uruguay para impulsar el constructivismo en América del Sur, e intensificó la tarea divulgativa de esta nueva estética. En el año 1942 se creó el Taller Torres-García, donde se fue gestando una escuela pictórica uruguaya y latinoamericana con identidad propia: la Escuela del Sur. Torres-García fue uno de los artistas sudamericanos más influyentes y una figura carismática en la escena internacional de los años veinte, cuando expuso con reconocidos artistas como Gaudí y Picasso en Barcelona, Piet Mondrian y Theo van Doesburg en París y Marcel Duchamp en Nueva York. Entre sus libros, destacan Estructura (1935), Universalismo constructivo. Contribución a la unificación del arte y de la cultura en América (1944) y La recuperación del objeto (1952).

Entre las numerosas exposiciones de su obra, destacan la exposición del Musée national d’Art moderne de París (1955), la del Stedelijk Museum de Ámsterdam (1961), la Comisión Nacional de Bellas Artes de Montevideo (1962), The National Gallery of Canada de Ottawa (1970), el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid (1973), el Musée d’Art moderne de la Ville de Paris (1975), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid (1991 y 2000), el Institut of Contemporary Art de Ámsterdam (1991), el IVAM de Valencia (1991), el Musée d’art moderne et contemporain de Estrasburgo (2002) y el Museu Nacional d’Art de Catalunya (2011). Su obra se encuentra en las colecciones del Musée national d’Art moderne de París, el Museo Reina Sofía de Madrid, el MACBA de Barcelona y la Fundación Torres-García de Montevideo, entre otros.

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