A los actores secundarios
Esta exposición podría calificarse de falsa retrospectiva, ya que presentaba un conjunto de obras creadas específicamente por Pep Agut (Terrassa, 1961) para el espacio del MACBA, basadas en proyectos ideados por él mismo durante la década anterior, pero que nunca habían llegado a producirse.
Fue, en definitiva, la respuesta crítica de Agut a una noción de “exposición antológica” que se presenta como homenaje y revisión de una trayectoria cerrada o concluida.
La muestra proponía una reinterpretación de los roles y las funciones tradicionalmente atribuidos al artista, al público, a los sistemas de representación y a las instituciones museísticas. Y los “actores secundarios” a los que aludía el título no eran otros que los integrantes de esa masa anónima que denominamos “público” y que, para Agut, son el auténtico eje vertebrador de la experiencia artística, pues activan y posibilitan el diálogo que toda obra requiere.
Esta exposición podría calificarse de falsa retrospectiva, ya que presentaba un conjunto de obras creadas específicamente por Pep Agut (Terrassa, 1961) para el espacio del MACBA, basadas en proyectos ideados por el artista durante la última década pero que nunca habían llegado a producirse. Fue, pues, una respuesta crítica a la noción de exposición retrospectiva, ya que para Pep Agut éste es un concepto que se establece en torno a una idea de homenaje y de revisión de una trayectoria artística más o menos cerrada o concluida, concepto con el cual no se identifica. El título del proyecto se inspira en la película de Wim Wenders Der Stand der Dinge (El estado de las cosas). En A los actores secundarios, las nociones de artista, público, representación y lenguaje son objeto de una investigación sobre la naturaleza del espectador, el autor y el museo.