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Esta exposición se estructuraba en dos grandes bloques presentados a las plantas 0 y 2 del museo respectivamente. En la planta 0 se mostraban propuestas derivadas de las vanguardias en las que la línea y el dibujo son predominantes: Alexander Calder, Joan Miró, Paul Klee protagonizan el primer conjunto. Leandre Cristòfol y Moisès Villèlia, por su parte representan la búsqueda de nuevos materiales y la experimentación dentro del arte. El informalismo y la materia aparecían representados por las pinturas de Jean Dubuffet, Antoni Tapias, Antoni Clavé, Manolo Millares pero también con las obras de Josep Guinovart y Robert Rauschenberg con la inclusión de objetos reales dentro sus obras. La tendencia de raíz constructivista estaba representada en la obra de Jorge Oteiza, en las cajas d Ángel Bados, las construcciones de Txomin Badiola, de Pello Irazu o en las pinturas de Pablo Palazuelo. Otros artistas representados en esta presentación serían: Miquel Navarro, Sergi Aguilar, María Luisa Fernández, Miguel Ángel Moraza entre otras.

En la segunda planta del museo se presentaban varias propuestas escultóricas llevadas a cabo por algunas de las figuras emblemáticas del arte de finales de los años ochenta y representantes de lo que se ha denominado en algunas ocasiones «Mitologías personales»: Anselm Kiefer, Joseph Beuys, Christian Boltanski... Propuestas tridimensionales de otros artistas como Susana Solano, Eva Lootz, Joan Rom, Emilo Martínez se articulaban con realizaciones pictóricas propias del mismo periodo en su vertiente más contenida e introspectiva como son Albert Ràfols Casamada, Joan Hernàndez-Pijuan, Joaquim Chancho, José M. Sicilia, Victoria Civera, James Brown, Gunther Förg, junto a otras en las que delgada el gesto y el color: Miquel Barceló, José Manuel Broto, Juan Uslé, Miguel Ángel Campano...