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La exposición Albert Ràfols-Casamada. 1953-2001 aglutinó casi un centenar de obras del artista, entre las que se incluían dibujos, collages, objetos pictóricos, esculturas, poemas visuales, obras literarias, así como un amplio repertorio de material documental y gráfico con el que se ilustraba su papel activo en la escena cultural de Barcelona. Esta inclusión de obra considerada transversal o menor pretendía remarcar la importancia que la poesía, la literatura y el dibujo habían tenido en la obra de Albert Ràfols-Casamada (Barcelona, 1923-2009).

Según manifiesta Victoria Combalía en su texto del catálogo: «La pintura de Albert Ràfols-Casamada se sitúa en el terreno de una abstracción colorista que nutre sus raíces tanto en fuentes autóctonas como en la propia historia de la pintura del siglo XX, especialmente en Matisse y la abstracción norteamericana.» El equilibrio en tensión que destilan sus pinturas puede interpretarse como una síntesis personal e intransferible entre clasicismo y modernidad. La suya es una obra en la que resuenan los ecos del noucentisme mediterráneo, los experimentos lumínicos del fauvismo, el cubismo de Braque, el constructivismo de Torres García, las experiencias cromático-espaciales de Rothko y Motherwell, y los flirteos con la cotidianeidad del arte pop.

La exposición respondía a una de las tareas centrales que por aquel entonces ya promovía el Museo: el estudio de las figuras que han desempeñado un papel influyente en la escena artística catalana de la segunda mitad del siglo XX, proponiendo una revisión histórica articulada desde una perspectiva actual.

Esta exposición incluyó una selección de aproximadamente ochenta telas de distintos formatos. Organizada cronológicamente, abarcaba la obra de Ràfols desde mediados de la década de los cincuenta hasta la fecha: dibujos, collages, objetos pictóricos, esculturas, poemas visuales, obras literarias, además de material documental y gráfico que ilustraba su papel activo en la escena cultural de Barcelona. En este sentido, la inclusión de obra considerada transversal o menor en algunos casos remarcó la relevante importancia que la poesía, la literatura y el dibujo han tenido en la obra de Ràfols-Casamada.
Albert Ràfols-Casamada (Barcelona, 1923) tuvo contacto con la pintura desde niño, inmerso en el ambiente y los valores del postnoucentisme. Después de abandonar los estudios de arquitectura, inició su trayectoria artística a principios de los cincuenta influenciado por los movimientos y las poéticas constructivistas y abstractas, a partir de los trabajos de Cézanne y Matisse y de los experimentos lumínicos de los fauves. Las obras del inicio de su carrera se encuentran impregnadas de esta admiración hacia los "nuevos clásicos" que la visión del noucentisme había consagrado. También los frescos de la pintura italiana del siglo XIV marcan de forma transversal el desarrollo de su obra, y la abstracción informalista de la posguerra europea, o "segunda modernidad", tendrá gran importancia en la configuración de un lenguaje propio.