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«Cuando empecé a hacer performance, había estudiado poesía –sobre todo poesía del siglo XX– y me interesaba la estructura formal de la poesía. Mis modelos eran también el cine y la música, formas basadas en el tiempo. Y por eso también trabajé con el lenguaje del cine: la edición, el corte (...). ¿Cómo se hace una imagen? Bueno, yo pienso en poesía cuando pienso en imágenes. ¿Cómo se construye? Es como un haiku, pones una cosa junto a la otra y eso constituye algo nuevo, una tercera cosa. (...) Toda mi obra tiene que ver con ello. Así es como trabajo.»

Joan Jonas (Nueva York, 1936) está considerada una de las pioneras de dos géneros artísticos íntimamente relacionados entre sí: la performance y la instalación videográfica. Jonas inició su carrera a finales de los años sesenta en Boston y Nueva York. Tras cursar estudios de escultura se interesó por la danza, campo en el que siguió las enseñanzas de personalidades como Trisha Brown, Yvonne Rainer y Steve Paxton.

Sus performances crean espacios emblemáticos habitados por relatos arcaicos de referencias mitológicas y reminiscencias teatrales, en los que la naturaleza tiene un papel destacado. Su posicionamiento feminista la lleva a deconstruir los modelos y comportamientos históricamente opresivos y estereotipados.

Esta primera exposición retrospectiva en España de la obra de Joan Jonas (Nueva York, 1936) artista pionera en la práctica de la performance, el cine experimental y la instalación de vídeo, plantea una lectura de su trabajo que pone en relación su práctica performativa con el origen de la instalación de vídeo como género. La exposición muestra, fundamentalmente, cuatro instalaciones representativas de su trayectoria junto con una serie de películas, vídeos monocanal, dibujos y fotografías. La selección no responde a un programa exhaustivo sino a la intención de trazar círculos temáticos que revelen las diferentes tipologías en las que se ha ido desarrollando y organizando su trabajo: desde obras tan distantes en el tiempo como la magnífica Mirage (Espejismo, 1976) o más cercanas como Lines in the Sand (Líneas en la arena, 2003-2004), que son puestas en relación y ocupan el espacio teatral de la Capella MACBA, hasta obras igualmente emblemáticas como la proyección de Volcano Saga (La saga del volcán, 1985-1989) acompañada de fotografías y dibujos, así como las instalaciones Revolved by the Thought of Known Places… Sweeney Astray (Hastiado al pensar en lugares conocidos… Sweeney Astray, 1992) y su última obra hasta ahora The Shape, The Scent, The Feel of Things (La forma, el aroma y el tacto de las cosas, 2006), presentadas en las salas del museo.

Las exploraciones innovadoras con los «nuevos medios» y las producciones que Joan Jonas realizó a finales de los años sesenta y principios de los setenta fueron esenciales en la formulación de la performance como género artístico. Su influencia ha sido crucial en el desarrollo de numerosas formas del arte de hoy relacionados con el vídeo, el arte conceptual y el teatro, de la que son deudores artistas de generaciones más jóvenes como Cindy Sherman o Matthew Barney. Tras cursas estudios de escultura, Jonas siguió los seminarios de Trisha Brown, Yvonne Rainer y Steve Paxton, y se interesó por el trabajo de Simone Forti, Lucinda Childs y Deborah Hay. Las primeras películas que realiza la artista, entre finales de los sesenta y principios de los setenta muestran una cierta influencia del lenguaje de la danza. Sin embargo, su trabajo se sitúa en un ambiente dominado por el arte minimalista, ante el que reaccionará orientando en cierta manera su obra hacia el arte pop, en su recuperación del objeto y las condiciones de la vida cotidiana, sobre todo alrededor de las acciones que llevan a cabo artistas como Claes Oldenburg, Robert Morris y Robert Whitman. Para Jonas, se trataba de un nuevo contexto artístico, fuertemente influido por la música y desarrollado por artistas cuyo objetivo no era que llegara a convertirse en un nuevo tipo de teatro. Quizá esta indefinición es lo que le interesa a la joven Joan Jonas cuando asiste a la exposición Process, comisariada por Marcia Tucker en el Whitney Museum of American Art en 1969 y que le confirma en la búsqueda de un tipo de creación alejada del objeto artístico y centrada en la acción, en lo efímero y en la relación del público en la experiencia del directo.

La obra de Jonas se caracteriza por conjugar una formulación tecnológica, avanzada en su momento, con una compleja orientación conceptual, meditativa y deudora de las corrientes premodernas, vinculadas a la visión romántica de la naturaleza, a la poesía anglosajona de final del siglo XIX, a los rituales y lo sagrado. Fuertemente intuitivo, el modus operandi de Jonas se inicia, frecuentemente, en un texto, en un poema, en una historia, tomando elementos de leyendas y mitos así como de escritores como Eduardo Galiano, James Joyce, H.D. (Hilda Doolittle), Ezra Pound, Jorge Luis Borges o William Carlos Williams. Su interés por la semiótica tiene su correlato en la disposición que lleva a cabo en sus performances del tiempo y el espacio en forma de capas. En los inicios de su trabajo, las temáticas de sus obras remiten a sí misma, al cuerpo de la artista, sus avatares, transformaciones, deformaciones y reconstrucciones a través de su álter ego, de abstracciones de lo femenino o de la contraposición de roles sexuados. Más tarde, la dramaturgia del texto remite a hechos históricos pero provenientes de la fábula o la epopeya. La selección de obras permite constatar cómo la producción de Jonas permanece fiel a un sistema de expresión y a una temática extraordinariamente coherentes entre sí, hasta tal punto que las diferentes instalaciones y vídeos que ha producido desde los primeros años setenta hasta la actualidad parecen responder a un único programa.

La mayoría de sus instalaciones, excepto Lines in the Sand, de estructura frontal, son envolventes y se despliegan alrededor del espectador. Jonas utiliza numerosas pantallas y superficies de proyección, junto con monitores, diversas fuentes de sonido y objetos utilizados en la acción teatral. Se convierten así en simulacros de escenografías en las que nosotros mismos parecemos confundirnos con las imágenes proyectadas. Otra de las características de su proceso de trabajo es la sucesión retroalimentada de acciones en directo, sus documentaciones en vídeo y, posteriormente, sus traducciones en forma de instalación. Encontramos así fragmentos recuperados de filmaciones anteriores que pueden integrarse aquí y allá según las necesidades o las intuiciones que acompañan cada presentación. Las acciones no se exponen: ocurren; no se pueden visitar, se viven.

La performance nos plantea un paisaje anacrónico de tecnología y artesanado: desde sus primeros trabajos fílmicos hasta las últimas instalaciones, parece que Jonas trabaja «a mano», es decir, con la medida y la economía de su propio cuerpo. Es sobre todo a partir de las video-performances cuando Jonas reúne y explota, con todas sus consecuencias, las lógicas de dos lenguajes complementarios pero antagónicos: la acción teatral por una parte y el material cinematográfico/videográfico por otra. Sus primeras obras en este terreno Organic Honey's Visual Telepathy (Telepatía visual de Organic Honey) y Vertical Roll (Rollo vertical) ambas de 1972, o Mirage son, primero, performance. Con este proceso Jonas consigue poner en escena, exteriorizar de manera física y tangible microlecturas de la otredad (la otredad del paisaje, del animal, del signo, de la historia, del recuerdo, del presente) en un lenguaje que se remite a lo arcaico con componentes universales del deseo de representación, de la necesidad de imaginación.
Joan Jonas ha abordado en su trabajo una reconsideración de los clichés propios de la feminidad, en los que reconstruye la imagen de la mujer y de sus comportamientos esterotipados. La proyección de Organic Honey's Visual Telepathy, muestra la transformación de la artista en un carácter ficticio, una personalidad teatral que va desarrollando y construyendo una sucesión de imágenes y de gestos acumulativa a través de la utilización de espejos, proyecciones de vídeo simultáneas y el efecto de vídeo en circuito cerrado. Con el nombre de Organic Honey, su álter ego disfrazado con cara de muñeca, esta obra muestra la deuda de Jonas con el teatro oriental: el uso de la máscara y el ruido de las piezas de madera, los trajes del álter ego de la artista, sus posturas en el escenario parecen emular una construcción dramática no occidental. Con Volcano Saga (1985-1989), una instalación basada en una epopeya islandesa, empezó a sintetizar su desarrollo del carácter femenino.

En la Capella MACBA se presentan fotografías de las primeras performances en las que la utilización del espejo sirve para manipular la percepción del espacio y el movimiento, introduciendo un nuevo tipo de visibilidad entre el performer y su audiencia, como muestra el vídeo Wind (Viento, 1968), una performance al aire libre centrada en la fragmentación del espacio real e ilusorio. Además de Mirage, en la Capella también se muestra la instalación Lines in the Sand (2002), que representa el mito de la diosa Helena sometido a una multitud de desplazamientos históricos, geográficos y psicológicos. Jonas basa su performance en la obra Helena en Egipto, de H.D. —poeta y paciente de Sigmund Freud antes de la Segunda Guerra Mundial—, para crear un collage de escenas sobre el poder psicológico y político de Helena. A partir de esta obra creará, años después, la performance e instalación The Shape, The Scent, The Feel of Things, recopilación de imágenes y textos reunidos por el historiador Abby Warburg para una conferencia pronunciada en 1923, época en la que se recuperaba de una crisis nerviosa en el sanatorio suizo Kreuzlingen. En la conferencia relata sus observaciones sobre las danzas rituales de los indios hopi del sudoeste americano, aunque nunca llegó a verlas realmente. Jonas, quien sí fue testimonio de estos rituales en un viaje realizado en 1970, concede a estas experiencias un papel crucial en la creación de su gramática artística.

Obras tan distantes en el tiempo como Organic Honey's Visual Telepathy y The Shape, The Scent, The Feel of Things tratan de la noción de ritual a través de dos formas antiguas de comunicación teatral –el elaborado teatro Noh y Kabuki en Japón y las formas ancestrales de los ceremoniales indios— muy distantes geográfica y culturalmente, pero similares en la búsqueda de una relación específica entre actor, mensaje y espectador. La noción de ritual se refiere a una forma de interacción entre individuos; en la que el contenido de la acción ya es conocido por los oficiantes y los que asisten a la ceremonia. Los rituales son irracionales: representan una forma de entendimiento o de representación de carácter mágico.
En la mayoría de las obras de Jonas, el uso de diferentes bucles aumenta el sentido de alejamiento del presente espacial de la instalación y nos remite a un espacio temporal ambiguo y sugerente. Sus instalaciones están contenidas en sí mismas y podemos percibirlas como formas acabadas, redondas, ciclos completos que se repiten constantemente, como ese gesto, que retorna como una letanía, de la mano que dibuja con tiza un círculo interminable en una pizarra para que pueda ser borrado y pueda ser reiniciado sin dilación. Nada más lejos de la realidad: la artista trabaja constantemente en la elaboración y reinstalación de cada una de ellas, añadiendo y sustrayendo, destilando nuevos significados y composiciones para cada una de sus obras como si fueran actuaciones en directo.

Comisario: Bartomeu Marí
Producción: Exposición organizada por el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA) y coproducida con el Centre d'Art Contemporain de Genève

Artista

Joan Jonas
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Patrocinador de comunicación:
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Itinerancias

20 SEP. 2007 - 07 ENE. 2008 Salas del museo 
28 ABR. - 29 JUN. 2008 Centre d'Art Contemporain de Ginebra