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La obra de Asier Mendizabal (Ordizia, Guipúzcoa, 1973) « […]mana de una tradición del arte impulsada desde la estrategia del montaje cinematográfico –como instrumento de representación-narración eminentemente moderno– y está emparentada con la de la escultura constructivista que hunde sus raíces en la utopía abstracta de las primeras décadas del siglo XX», manifestaba Bartomeu Marí en el catálogo de la exposición que el MACBA dedicó al artista vasco. Estas raíces modernas se confrontan dialécticamente con el análisis de un vasto repertorio de manifestaciones de la cultura popular.

Las relaciones entre forma, discurso e ideología, así como las conexiones que estas establecen con la representación de lo colectivo, y las potencialidades de la abstracción para la eficacia política configuran el eje de la práctica artística de Mendizabal.

Esta exposición aglutinó por vez primera una considerable selección de la obra producida por el artista entre 1999 y 2007, que daba buena muestra del enfoque multidisciplinar con el que afrontaba el proceso creativo. Cine, vídeo, música, fotografía, instalaciones, escultura y cartelismo ofrecieron una lectura renovada del contexto social, político y cultural del País Vasco.

Asier Mendizabal (Ordizia, Guipúzcoa, 1973) es uno de los artistas vascos de la nueva generación que mayor atención presta a las relaciones entre forma, discurso e ideología. Su práctica puede ser descrita como una crítica de la ideología a partir de la puesta en escena de las estructuras que le dan forma. A través de los campos expandidos del arte, la música rock, el cine, la política y la teoría, su mirada sobre las estructuras sociales le lleva a esbozar un mapa de la totalidad de las relaciones de producción. Este acercamiento multidisciplinar y transversal de Asier Mendizabal toca de lleno en las dificultades de representación de lo político así como en los huecos entre la actividad artística y el «inconsciente político» presente en las producciones culturales, manifestaciones de lo colectivo y movimientos de masas.

La exposición se abre con Cinema (1999) una obra que pone de relieve el potencial de emancipación del cine dentro del contexto de la lucha de clases de los experimentos de la vanguardia rusa a los movimientos obreros de Mayo del 68 (como los Groupes Medvedkine). El escenario teatralizado de la representación política se convierte en el propio mecanismo que le da forma: el decorado de un posible escenario donde militancia, educación y didactismo se fusionan. Este trabajo puede verse como una declaración de intenciones por parte del artista y también como un comienzo, que involucra las estéticas revolucionarias (de agitación y propaganda) con las políticas del deseo.

A lo largo de la exposición se advierte la insistencia de Mendizabal en el cine como medio, entendido como una especie de cine-sin-cine o cine expandido. No Time for Love (2000), por ejemplo, está compuesta por varios fragmentos cinematográficos, escultóricos y gráficos. La instalación recibe el título de una canción de los ochenta del grupo Hertzainak, en realidad, una versión de una canción irlandesa de Christy Moore.

La letra habla de la imposibilidad del amor en tiempos de conflicto dentro del marco del internacionalismo de la izquierda no alineada en los años ochenta. Para Mendizabal el título funciona como desencadenante de una disyuntiva aún mayor: las relaciones (y elecciones) entre deseo y militancia, amor y política o, lo que es lo mismo, la radical separación entre la acción pública y el deseo de la esfera privada. La instalación cuenta con una proyección en 16 mm que ficcionaliza la representación de la masa, o multitud, así como con un cartel reinterpretado, hecho a mano, de la película Z (1969) de Constantin Costa-Gavras y una escultura cuya forma y material remite a construcciones y arquitecturas temporales como los escenarios de mítines u otras plataformas políticas.

El género del cine político tiene especial relevancia en el trabajo de Mendizabal (de Costa-Gavras a Gillo Pontecorvo) sirviéndose de él como paradigma de la dificultad de representar un acontecimiento o sentimiento político. Su aproximación se centra en el análisis de los diferentes estereotipos y recursos estéticos y formales presentes en este género. Es el caso de Hors d'État (2007), dos esculturas que toman el nombre del documental sobre el conflicto vasco del irlandés Arthur Mac Caig realizado en 1983. Tanto estas obras como No Time for Love introducen un elemento que altera los órdenes entre documental, ficción y cine político: la polémica cuestión de la formalización y de cómo la forma, la técnica y los modos de hacer son reflejo de ideologías concretas. Hors d'État o Sin título (M-L) (2007) podrían servir aquí de ejemplos.

La cuestión del signo, su materialidad y su identificación como emblema social y político también forma parte de los intereses de Mendizabal. Es el caso de Bigger than a cult, smaller than a mass (one, two backdrops) (2006), obra que investiga la atracción del punk hacia ciertas representaciones políticas, a pesar de la desconfianza en las mismas, y el uso adulterado y fraudulento de esas enseñas y signos. Mendizabal incorpora todos aquellos recursos formales propios de cualquier movimiento revolucionario del pasado, como propaganda gráfica –logotipos, siglas, tipografías, proclamas, pancartas, carteles– y en su dimensión más espacial, escenarios, mítines, conciertos, plataformas, asambleas, manifestaciones o desfiles. Assemble (this is the way) (2007) y Überbau (2005), son trabajos que remiten explícitamente a formas de hacer populares y a cierto bricolage urbano así como a momentos clave en los que la cristalización de simbología en las formas de la política se cruza con las subculturas del punk, el rock o el hardcore. Überbau alude al concepto de Marx de ‘superestructura', y vincula las políticas del do-it-yourself y la autoorganización del hardcore con la base económica de la producción cultural. Este análisis del signo le lleva a investigar las estéticas militares fusionadas con las políticas de izquierda, de manera más significativa en el uso de la tipografía connotada militarmente, como en la obra R, M, L, F, U (Stencil) (2007). También se interesa por el recurso a la música de marcha militar entremezclada con manifestaciones populares, como la música de fanfarria en la pieza sonora Signals, Calls and Marches (2006) o en Zer eskatzen du herriak!? (2004).

Junto con todo este conjunto de obras existen otras, como Poblado (Signals, Calls and Marches) (2006) y Herriz herri (2004) –cuyo tratamiento documental está más cercano al cinéma vérité y a cierto realismo fotográfico–, en las que retrata diversas manifestaciones de folklore, colectividades y representaciones del paisaje social o del pueblo como enclave atomizado. Otro ejemplo sería Goierri Konpeti (2002), vídeo realizado conjuntamente con Iñaki Garmendia, que conforma un entramando urbano donde la industrialización convive codo a codo con el tradicionalismo rural del nacionalismo. Este interés por el documental se mezcla con otros géneros de representación similares, como los documentales de rock, una referencia velada que está en la base de la obra en forma de alfombra CBS/FSLN-1 (2004-2007).

Existe en Mendizabal una voluntad de unir trabajo manual con trabajo inmaterial, o cognitivo, para a continuación vincularlos a las políticas del deseo que moldean las subjetividades individuales dentro del grupo, el colectivo y la comunidad. Zer eskatzen du herriak!? es quizá la obra donde este espíritu de lo popular se manifiesta más claramente, al hacer desfilar a una fanfarria tocando el tema que da nombre al título por las calles desiertas de una zona residencial suburbana de San Sebastián.

El goce de lo colectivo se encuentra en la organización de la fiesta, que pasa a ser a la vez resultado de la política y ésta, fruto de ese mismo modo de organización y producto del trabajo manual llevado a cabo en grupo. Esto es así en las fotografías de Bilbao (2002-2003), un testimonio fotográfico de la construcción de las «txoznas» (o bares en el espacio público) para las fiestas populares de Bilbao, y Pabilioia (2002-2003), que documenta la preparación de las carrozas que las comparsas organizan para los carnavales.

Mediante el realismo y lo popular, la recuperación de la temática del socialismo es la continuación lógica en la obra de Mendizabal. Como esa hornacina con las efigies de Marx y Lenin, Otxarkoaga (M-L) (2007), que se remonta a comienzos de la década de los noventa, cuando a la caída del muro de Berlín le siguió una iniciativa ciudadana de erigir un monumento en el barrio de Otxarkoaga (Bilbao) con bustos provenientes directamente de la desmantelación del bloque comunista.

El rol del artista en este contexto, es siempre el de dar mayor complejidad a los discursos para explorar la vinculación entre estética y política y superar las nociones insuficientes tanto en uno como en otro dominio. A su vez, su trabajo nos ofrece una lectura renovada y dialéctica del paisaje social, político y cultural del País Vasco en la actualidad.

Comisario: Peio Aguirre
Producción: Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA)

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Actividades

Imágenes

Asier Mendizabal "Zer eskatzen du herriak!?", 2002

Audios

Conversación entre Asier Mendizabal y Peio Aguirre
SIGNALS, CALLS AND MARCHES (...lo que la música militar a la música).
16.03.2008
Son[i]a #54. Asier Mendizabal, Peio Aguirre y Bartomeu Marí
07.02.2008

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