Dubuffet "Le chien jappeur", 1953

En este marco de crisis histórica hay que situar la decisión de Jean Dubuffet de renunciar a la figuración e incorporar al ámbito del arte lógicas heterodoxas como la de la enfermedad mental y la infancia: visiones de la vida mucho más cercanas a lo que es esencial. “El arte de verdad se encuentra siempre en el lugar más inesperado. Allá donde nadie no piensa en él ni pronuncia su nombre. El arte detesta que lo reconozcan y que le saluden por su nombre. Huye piernas ayudadme. El arte es un personaje locamente enamorado de lo incógnito.”, escribía el artista en 1957.