Una mujer que nos dé alas
Pintora, poeta y activista incansable de causas feministas desde los años sesenta, Mari Chordà tiene una presencia significativa en la Colección MACBA. Hija de Amposta y con una enfermedad que, a los doce años, la tuvo un año en cama, cuando una amiga de la familia se dio cuenta de que coloreaba los dibujos de los libros y le trajo una caja con utensilios para pintar, se le abrió un mundo. «Tuve lo que siempre deberíamos tener las mujeres, otra mujer que nos dé alas», explica Chordà. Uno de los cuadros de la Colección, Coitus Pop, un esmalte sobre madera de 1968, fue seleccionado por la Tate Modern de Londres para ser incluido en la exposición de 2015, The World Goes Pop. Ésta y otras obras como Vulva (1968), Líquidos (1966) y Lágrimas (1966) dejan claro que Chordà fue pionera en la representación del cuerpo y la sexualidad femenina de una forma ajena al voyerismo y a la mirada patriarcal. La abstracción y el colorismo pop de sus pinturas y esculturas de madera contagian el gusto por el juego y la experimentación, un elemento constante en las propuestas plásticas y vitales de Mari Chordà.
exposición
La imagen, el lenguaje y la acción social son el núcleo de la obra y la vida de Mari Chordà, indisociables de su compromiso feminista y político.
