Cómo la Guerra del Golfo pervirtió el relato de la guerra
En 1991, las imágenes de la llamada Guerra del Golfo impactaron en todo el mundo. No tanto por inaugurar un tipo de armamento o una nueva lógica militar, sino porque suponían una nueva política de las imágenes. Las escenas bélicas emitidas por televisión confundían el simulacro de batalla creado por los ordenadores y otros dispositivos electrónicos, de la batalla real.
Al espectador le era imposible distinguir si se trataba de una imagen real o extraída de un simulador o pantallas de un videojuego. Un evento descifrado por teóricos como Jean Baudrillard y cineastas como Harun Farocki, que produjo su celebrada trilogía Eye/Machine (2001-2003). Este cineasta de culto construye un ensayo visual sobre la perversa confusión entre las imágenes generadas por el ojo humano, capaz de captar el evento real, y las creadas por la máquina, que trabaja con elementos manipulables. Que la televisión no mostrara a ninguna persona herida por un misil, sólo quería decir que las imágenes que emitía de misiles cayendo eran resultado de un simulador. Pero los muertos eran reales. Renunciando a la imagen genuina, además de blanquear la guerra real, al ojo humano se le niega su papel como testigo histórico.