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Con más de cuarenta proyectos en varias ciudades de todo el mundo, la obra pública de Eduardo Chillida tiene un papel fundamental en su trayectoria artística. El escultor siempre la defendió como un mecanismo para garantizar un acceso universal al arte.

Octavio Paz, gran conocedor de la obra de Chillida, apuntaba que, tanto si el escultor trabajaba con tierra, hierro, madera, hormigón, alabastro u otros materiales, «todos dicen lo mismo: espacio».

Keith Haring hizo su primer mural público de grandes dimensiones en 1982 en la Houston Street de Nueva York. Desde entonces y hasta su muerte, siete años más tarde, realizó murales en varias ciudades como Berlín, París, Pisa o Barcelona.

El mural que Haring hizo en Barcelona nació de un modo casi fortuito. Al regresar de Madrid en 1989, Haring se encontró con su amiga Montse Guillén, gastrónoma y restauradora instalada en Nueva York, quien le sugirió la posibilidad de hacer alguna intervención en Barcelona en relación con el sida. Haring aceptó con la condición de poder elegir el lugar y optó por una plaza en el corazón del Raval, que entonces aún se conocía como Barrio Chino y que estaba muy degradado.

Situada de forma permanente sobre el podio que se alza ante la fachada del MACBA, en la Plaça dels Àngels de Barcelona, La ola de Jorge Oteiza se ha convertido en un icono de este edificio construido por el arquitecto Richard Meier.

«En vasco, la sombra se llama itxal, que significa el poder del ser, no la falta de luz. La sombra es el poder de la luz: cuanta más sombra hay, más presencia luminosa tenemos.» Jorge Oteiza

Objeto habitual en la iconografía de Jordi Benito, el piano se convierte en esta ocasión en un objeto de arte público. Producido en el año 1990, en 1994 se instaló en el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona, en el pinar del Rectorado.

La ligereza del sonido y la intangibilidad de la música contrastan con el peso y la contundencia matérica de la piedra.

Situada desde el año 2010 en el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona, frente a la Escuela de Postgrado, esta escultura condensa el lenguaje de esta artista de Nueva York. 

"La escultura monumental se dirige al hombre y a su percepción, no a su funcionamiento. No es necesario adaptar. No es necesario utilizar la obra. La única necesidad ineludible es relacionar y crear una interacción entre el home y la experiencia estética. Que aquí deviene un acto social." Beverly Pepper

Desde el 2004, Descobriment de Barcelona se encuentra en el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona, frente a la Facultad de Educación. Se trata de una escultura de grandes dimensiones realizada con hierro y otros materiales procedentes de restos urbanos de Barcelona.

En relación con las diferencias que el artista percibía por el hecho de estar trabajando en un contexto mediterráneo, Anthony Caro explicó: «Lo noto. Pienso que aquí se pone un énfasis diferente en las calles, cosas como los balcones con luces y sombras muy acentuadas que no podemos ver en casa.» El propio título de la obra, Descobriment de Barcelona, deja constancia de algunos de los aprendizajes llevados a cabo en esta ciudad.

S.M. La Reina y S.M. El Rei, son dos grandes monolitos de basalto de más de tres metros y medio de altura que cada uno evocan, por su monumentalidad y título, una de las grandes figuras de poder de la historia: las monarquías. Realizadas en 1987 y situadas desde 2004 en el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona, en la Rambla Nord, frente a la Facultad de Traducción e Interpretación, condensan el lenguaje escultórico de su autor.

El artista ha «humanizado» grandes piedras convirtiéndolas en una familia, un viajero o unos profesionales de la Justicia, en esta ocasión ha optado por la figura de unos monarcas.

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