Nacido en Sidón, al sur del Líbano, quince años de guerra, observándola como niño y registrándola cuando era adolescente, configuraron un abordaje y una forma de entender la práctica artística. Zaatari tuvo claro que el arte interpela el conflicto como no lo hacen otras disciplinas. También entendió una cuestión fundamental en las guerras de los últimos cien años: el papel de las imágenes en la construcción del relato de la guerra. Desde entonces, ha excavado en archivos fotográficos de Oriente Medio impulsando iniciativas como la Fundación Árabe para la Imagen (AIF). En su práctica expansiva de la fotografía y del vídeo, propone relatos visuales como Nature morte (2008), un largo y silencioso plano secuencia que confronta la actitud ante la guerra de dos generaciones. Mientras Mohamed Abu Hammane, antiguo miembro de la resistencia libanesa, prepara un explosivo y se va como si volviera al frente; un joven adolescente cose el puño rasgado de una chaqueta y opta por quedarse. Una escena elusiva sobre cómo los conflictos se enquistan hasta formar parte de lo cotidiano desactivando conceptos como lucha o resistencia.

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