Éloge du sujet, 1974

Éloge du sujet se construye por medio de un diálogo con una de las obras más conocidas de uno de los artistas referentes de Broodthaers, el también belga René Magritte. En concreto, con la obra de 1930, La Clef des songes o «La clave de los sueños», un cuadro que siempre ha interesado a Broodthaers. Si en la pintura de Magritte, cada palabra se asociaba a una imagen pintada, en la instalación de Broodthaers, cada palabra se asocia a un objeto real: una paleta de pintar, un sombrero, un espejo, una botella, un bolso, un maletín de madera, una corbata, una caja de papel, una lámina en blanco, un trozo de papel y un grabado con la imagen de un caballo. Algunos de los objetos, como la pipa, el sombrero o el espejo evocan directamente los cuadros de Magritte. Junto a la paleta, leemos pipe o pipa; junto al sombrero, sujet o sujeto; junto a la botella, style o estilo; junto al espejo, image o imagen; junto a la corbata, valeur o valor; junto al bolso, apprêt o imprimación; y así en todos los objetos de la instalación.

En la mejor tradición del arte conceptual, Éloge du sujet juega con el desencuentro: propone palabras para ser vistas y objetos para ser leídos. En contra del sistema semántico convencional, las palabras de las tarjetas no identifican a los objetos. En vez de la relación habitual entre palabras y cosas, Broodthaers crea metonimias, un fenómeno de cambio semántico a través del cual se designa una cosa con el nombre de otra partiendo siempre de algún tipo de conexión lógica entre ambas. La tesis parece clara: no hay ninguna convención que acote definitivamente el significado de las cosas. Es el observador, el sujeto, como bien indica el título de la instalación, que, de forma experimental, acciona el encuentro entre palabras y cosas. La práctica artística de Broodthaers ha renunciado a representar la totalidad en sí misma y muestra siempre un pensamiento en acción, inacabado, experimental y vinculado plenamente con la fragmentariedad de la vida.

Entre los demás interlocutores históricos de la obra de Broodthaers, está también Erasmo de Rotterdam y Marcel Duchamp. En cuanto a Erasmo, Éloge du sujet hace una referencia directa al conocido ensayo de este pensador del Renacimiento tardío, Elogio de la locura, un texto en el que llevaba a cabo una rotunda defensa de la razón, una forma de subjetividad moderna. En cuanto a la relación de la obra con Duchamp, «en Magritte y Duchamp los polos resultan omnipresentes, también en este contexto artístico, y son particularmente literales en Éloge, donde el ámbito visual, una vez levada el ancla lingüística, ya no debe su potencial expresivo a cualquier artesanía ilusionista, sino al acto de afirmación soberana, el sombrero, el espejo, etc., que han surgido del arsenal de todos los objetos». (Meyer, Franz: Marcel Broodthaers. Éloge du sujet. Basilea: Kunstmuseum Basel, 1974 [cat. exp.]