Nada reiterada..., 2005-2008

Con una ejecución impecable, Arza ha recortado y extraído el texto de la novela siguiendo el perfil de las palabras, excepto algunas estratégicamente conservadas junto con algún signo de puntuación, que quedan a la vista y configuran un nuevo texto, poético y contundente. Lo que la artista no ha recortado es el encabezamiento de las páginas, con la numeración y el título de la novela, un Nada reiterado que va leyéndose página tras página y un doble juego que remite, al mismo tiempo, al vaciado que ha practicado la artista. Arza coloca las 87 páginas de la novela en una gran composición en la pared. Fijadas con agujas, logra una acusada sensación aérea de gran eficacia visual. El juego de vacíos en el texto y de sombras en la pared, la sensación de herida y de sutiles cortes, y los espacios en blanco correspondientes a cada una de las palabras ausentes refuerzan la contundencia y la poética de las pocas frases que la artista ha decidido mantener. La nada invocada por Nada reiterada apunta hacia más de una dirección: al vacío del día a día de la posguerra, al silencio posterior que sufrió la novela y a los agujeros narrativos que la artista abre en el texto.