La fotógrafa Helen Levitt nació en 1913 en Bensonhurst, en el neoyorquino barrio de Brooklyn. Siguiendo su verdadera vocación, abandonó la escuela antes de graduarse y se trasladó al barrio del Bronx, donde trabajó para un fotógrafo comercial con quien durante cuatro años aprendió los conocimientos técnicos de la fotografía. Pronto empezó a trabajar por su cuenta. Eran tiempos difíciles, la América de los años treinta se encontraba sumida en una profunda crisis económica y social, situación que indujo a los fotógrafos del momento a denunciar los problemas sociales, realizando trabajos documentales con una gran carga crítica y social. Levitt se unió a esta tendencia hasta que conoció la obra de Cartier Bresson, momento en que se da cuenta de que la fotografía puede ser más que documental.

Inspirada por el trabajo de Cartier Bresson y Walker Evans, Levitt realizó los primeros trabajos de su dilatada carrera artística con una cámara de 35 mm, retratando lo que mejor conocía: el ambiente, la vida en la calle y las gentes de los barrios más pobres de Nueva York que tanto le fascinaban y que se convertirían en el principal objeto de sus fotografías. Son estas estampas urbanas llenas de lirismo las que han convertido a Levitt en una artista única, fuera de los convencionalismos de su época, en ellas retrata especialmente a niños pertenecientes a las clases más bajas de la sociedad, pero no hay tristeza, ni crítica social, sino inocencia, nos muestra a niños felices, jugando, nos enseña la cara amable de estos barrios.

Entre 1938 y 1939 estudió con Walker Evans, que se convertiría en su mentor y amigo. En el estudio de Evans conoció al escritor James Agee, que años más tarde escribiría la introducción de su primer libro, A Way of Seeing, realizado en 1946, aunque no se publicaría hasta 1965, y que recoge una colección de los trabajos en blanco y negro que Levitt realizó en la década de los cuarenta.

En 1941 viajó a México, donde captaría también imágenes de niños jugando en las calles. Fruto de este viaje será el libro Helen Levitt: Mexico City, publicado en 1997. Es en esta década cuando Levitt comienza a participar en algunos proyectos cinematográficos, ayudando al director Luis Buñuel en la edición de documentales y, posteriormente, realizando junto a su amigo, el escritor James Agee, las películas The Quiet One (1949) y In the Street (1952), que fueron premiadas en los festivales de Venecia y Edimburgo. El legendario director de cine independiente Jonas Mekas escribió que estas películas podrían ser consideradas precursoras del cine independiente actual, ya que marcaron el comienzo de un nuevo estilo basado en la espontaneidad de la acción y en el manejo de la cámara. A partir de los años cincuenta Levitt se concentró totalmente en el cine, dejando un poco de lado la fotografía.

A principios de los setenta fotografía de nuevo la vida en los barrios obreros de Nueva York, pero esta vez realiza sus trabajos en color. Estas fotografías, junto con las realizadas en el Harlem de los años treinta y cuarenta y sus últimos trabajos en blanco y negro de los ochenta y los noventa, conformarán el libro Crosstown, publicado en 2001. Libro que nos muestra los cambios producidos en la cultura de calle de la ciudad de Nueva York, así como la evolución de la mirada fotográfica de la artista.

Helen Levitt, que vive y sigue trabajando en Nueva York, es una de las figuras más destacadas del movimiento conocido como Street Photography, que se extendió por Estados Unidos en la década de los treinta, y ha creado algunas de las más inolvidables fotografías de las calles del Nueva York de los años treinta y cuarenta. Su último libro Here and Now, publicado en 2003, nos muestra una colección de más de noventa fotografías inéditas.

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