Tras iniciarse en el taller familiar como pintor de paredes, Josep Ginovart se formó en la Escola de Mestres Pintors y en la Escola d’Arts i Oficis de Barcelona, y en 1953 se marchó a París con una beca del Estado francés. De regreso a Cataluña, en 1954 fundó, junto con otros artistas como Antoni Tàpies y Joan-Josep Tharrats, el grupo Taüll, que aglutinaba a la vanguardia pictórica de aquellos años. Con una producción polifacética (grabado, dibujo, cartelismo, pintura, escultura, escenografías teatrales y tapiz, entre otros) y tras una primera etapa figurativa, a partir de 1957 practicó la abstracción pictórica con obras de gran formato, una clara intención matérica y el uso de elementos tridimensionales ajenos al mundo del arte convencional. Son obras cercanas al assemblage en las que utilizaba desde bidones y maderas quemadas hasta cajas y material de desecho. Al cabo de los años retomó el trazo del dibujo que ya había utilizado inicialmente, delimitando zonas de color en la tela o trazando caligrafías. El informalismo de Guinovart incorporó la presencia del paisaje mediterráneo, sugerido mediante tonos azules y ocres cálidos, y otros elementos que evocan el campo y la tierra; pero también realizó obras con una acusada implicación social y política.

Desde finales de los años cincuenta, Guinovart llevó a cabo una intensa actividad expositiva y también produjo numerosas piezas para espacios públicos en ciudades como Palma de Mallorca, Castelldefels o Santa Cruz de Tenerife. Cabe destacar las antológicas que tuvieron lugar en el Centre Cultural Tecla Sala de L’Hospitalet de Llobregat (1990) y La Pedrera de Barcelona (2002). Tiene obra en muchas colecciones, como las del Museo Reina Sofía de Madrid, el Kunstmuseum Bochum de Alemania, el Museo de Arte Moderno de México D.F., el Fine Arts Museum of Long Island en Nueva York y el MACBA de Barcelona. Desde 1994, su obra se expone de modo permanente en la Fundació Espai Guinovart de Agramunt (Lleida).

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