Jordi Benito (Granollers, 1951-Barcelona, 2008) fue uno de los artistas conceptuales catalanes más radicales. Si bien sus primeras obras, hacia el 1970, fueron instalaciones, elaboradas con materiales pobres como sábanas o piedras, que mostraban un interés por el espacio, pronto inició sus primeras acciones con el cuerpo. Miembro activo de Grup de Treball (1973-1975), colectivo pionero en Cataluña de la desmaterialización del arte, participó –junto a Robert Llimós, Francesc Abad y Muntadas– con diversas acciones en la Documenta 5 de Kassel de 1972, contribuyendo a la difusión de las prácticas conceptuales en Europa. El primer accionismo de Jordi Benito se prolongó desde 1971 hasta 1974, con acciones sencillas como lanzarse contra una pared o cubrirse la cara con tierra, con las cuales ponía a prueba la resistencia física del cuerpo. En la segunda mitad de los años setenta, su trabajo con el cuerpo se radicalizó en performances más complejas y pasó del body art estricto a las acciones rituales, probablemente por influencia del accionista vienés Hermann Nitsch, con quien colaboró en el Festival de Performance de Lyon en 1979.

Benito abrió una línea de trabajo que se extendió hasta los años ochenta y noventa, con performances de gran teatralidad en las que pintura, música y sacrificio ritual perseguían la obra de arte total. Una de sus acciones más controvertidas fue Barcelona Toro Performance en la Fundació Miró (1979), con el sacrificio de un toro. En otra acción en el Centre Pompidou de París (1978), y avanzándose a la provocación de Damien Hirst, hizo transportar un cadáver. Benito incorporaba animales a sus rituales (a los cuales descuartizaba) y utilizaba elementos como la sangre. La música era un componente esencial para el artista; prestaba especial atención a las composiciones de Wagner y buscaba la colaboración de músicos y compositores como Carles Santos y Agustí Fernández. Tras un parón en su producción artística, reprendió la actividad a principios del 2000 con instalaciones de luz, pianos y fórmulas matemáticas. Su última intervención artística fue en el vestíbulo de la estación de Provença de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, en un homenaje al normalizador de la lengua catalana, Pompeu Fabra. Benito, uno de los representantes más significativos del arte corporal en España, nunca entendió el arte desligado de la vida.

Jordi Benito realizó sus acciones y exposiciones en el Museu de Mataró (1976), el Centre Pompidou de París (1978), la Fundació Joan Miró de Barcelona (1979 y 1984), el Museu de Granollers (1984, 1995 y 2003), el MNAC de Barcelona (1995), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid (2005), el Museum Kunst Palast de Düsseldorf (2006) y el Museo de Arte Contemporáneo de Roma (2007). Y también en galerías y espacios de ciudades catalanas como Cadaqués, Mataró, Terrassa y Reus; así como en Madrid, Zaragoza, Sevilla y Valencia; y en Arles, Dijon, Nantes o Lisboa, entre otras. Participó en la Documenta de Kassel (1972), en la Bienal de París (1975) y en el Festival de Performance de Lyon (1979). Tiene obra en las colecciones del MACBA, el Museu de Granollers y Metronom-Fundació Rafael Tous d'Art Contemporani.

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