Nacido en Jerez de la Frontera, Chema Alvargonzález se formó en pintura y multimedia en la Escola Massana de Barcelona y en la Hochschule der Künste de Berlín. Vivió y trabajó entre Barcelona y Berlín, donde murió en 2009 y creó los talleres GlogauAIR, lugar de residencia y de creación temporal de artistas internacionales en el barrio de Kreuzberg. Con una obra marcadamente conceptual, Alvargonzález alterna fotografía, instalaciones y escultura. Algunas de sus propuestas más conocidas son intervenciones en edificios e instalaciones con neones y cajas de luz en espacios como el Hotel Amister de Barcelona (2004), la estación central de Milán (2003), el aeropuerto de Múnich (2000) o la embajada española en Berlín (1992). Se trata de instalaciones que giran en torno a conceptos como la luz, el lenguaje, las formas, la arquitectura y el receptor. Los espacios urbanos y el lugar de la condición humana son sus preocupaciones fundamentales, partiendo siempre de una búsqueda de base sociológica, filosófica y antropológica, centrada en el papel de la luz como lenguaje formal y también metafórico. Una luz entendida como intuición iluminadora de caminos que se encontraban a oscuras.

Presentó exposiciones individuales en Arts Santa Mònica de Barcelona (2011), la Caja San Fernando de Sevilla (2005), la sala Metrònom de Barcelona (1996 y 2004), el Museo de Navarra (2003), el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (2003), Tinglado de Tarragona (2003), Kunst Büro de Berlín (1992), Bergmannstr. 110 de Berlín (1991) y el Castillo de Peñíscola (1985). Participó en varias bienales como LOOP de Barcelona (2017 y 2016), ARCO de Madrid (2015, 2014, y otras), FotoEspaña (2012), Paris Photo (2006), entre muchas otras. Su obra forma parte de múltiples colecciones como la del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, el Deutsche Bank, el Banco de Sabadell, Es Baluard Museu d’Art Modern i Contemporani de Palma, la Fundación Caja Mediterráneo y el MACBA de Barcelona.

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