El mapa en el plato
El taller toma como punto de partida la idea de una ciudad que configura unas formas identitarias y diversas de cocinar y comer en relación con su situación geográfica, política, histórica, económica y cultural. Nos definimos no solo a través de lo que probamos, sino también a través de lo que no probamos; los hábitos de consumo nos desvelan lo que abunda y lo que se olvida, lo que falta y lo que sobra, reflejan los privilegios y las discriminaciones, nos hablan sobre el dominio, sobre aspectos de las construcciones culturales y el género, las relaciones del poder y el mercado.
El taller propone una serie de prácticas culinarias que nos permitirán descubrir una ciudad única en sus especificidades y múltiple en función de los ingredientes con los que cocinamos, los sabores, aromas y gestos que nos influyen y moldean.
En la ciudad neoliberal la cocina puede producirse en forma de explotación laboral, pero también en comunidad en forma de fiesta y celebración; la cocina puede ser también amor, comer es nutrirse o no, según cómo. La cocina es, en definitiva, una herramienta de análisis consteladora que nos ayuda a mapear la ciudad.
Compartir mesa, nevera, fogones y plato nos relata aspectos de lo íntimo, lo emocional, lo que nos vincula en comunidades, lo individual y lo colectivo, la tradición y la ruptura de esta.
A cargo de Marina Monsonís
Marina Monsonís es una artista visual que trabaja con procesos híbridos y heterogéneos de transformación social arraigados en los territorios, en proyectos colectivos, comunitarios y pedagógicos que relacionan las ciencias del mar, el diseño basado en el lugar, la gastronomía, el graffiti, la geografía radical, la etnografía y la memoria crítica, oral y gestual. Trabaja en proyectos que conectan la cocina con aspectos políticos, críticos, sociales y transgeneracionales, para crear debates y transmitir conocimientos sobre las complejidades y los conflictos que habitan en el km 0. Está interesada en la convivencia de espacios radicales donde las personas se constelan en las búsquedas, las técnicas, los saberes locales y globales, antiguos y emergentes, manteniéndose en un ecosistema generoso y enriquecedor, donde en la mesa dominen el gozo, el intercambio y la armonía.