La piel. Como hacer detergente con pieles de cítricos. La Cocina

Desde el retiro y la pausa, vuelven las preguntas: ¿cómo se preparaba el jabón con pieles de naranja?, ¿se podría «hackear» con pieles de mandarina? Es un buen momento antes de que se acabe la temporada de cítricos.

El «hackeo» y la experimentación son herramientas troncales de nuestra práctica. Nos mantenemos despiertas, lentas y plásticas. La plasticidad y la gimnasia nos parecen básicas a la hora de plantearnos una cocina que se adapte a la crisis energética; de hecho, a cualquier crisis. En La Cocina nos fijamos en la tradición, pero lo que más nos interesa de la tradición es saber que se adapta con coherencia a los contextos, resiste a los cambios y aborda los retos de forma táctica; en definitiva, saber que contiene el fondo de la receta, su corazón.

Tenemos archivadas muchas recetas de aprovechamiento, hemos estado cocreando una cocina imaginativa y de resistencia, y ahora en cada casa la cocina sigue íntimamente resistiendo.

Por tanto, podemos probar a hacer jabón con pieles de mandarina y a ver qué tal va. La red sigue viva. No podemos restituir el valor de estar físicamente juntas, pero seguimos como las recetas, adaptándonos a los tiempos y a las circunstancias. Seguimos pensando juntas y separadas, seguimos sintonizadas. Por un tiempo nuestras pieles han dejado de tocarse, y tocar las cítricas nos activa.

Procedimiento

1. Llenamos la botella con las pieles de naranja que nos sobran y las cubrimos con agua. Removemos un poco y tapamos la botella, pero no del todo: hay que permitir que salga el aire durante la fermentación.

 

2. Dejamos macerar el preparado durante dos semanas; podemos ir añadiendo más pieles de naranja durante el proceso, siempre y cuando añadamos agua para que queden cubiertas y vayamos removiendo.

 

3. Al cabo de dos semanas, colamos y reservamos el líquido macerado. Ya tenemos listo el detergente.

 

4. Podemos aprovechar las pieles sobrantes y repetir el proceso añadiendo agua. En este caso, una semana de maceración será suficiente.

Los cítricos son aromáticos y contienen aceites esenciales nutritivos, una delicia cuando entran en contacto con nuestra piel. Este es un detergente desengrasante suave. Su uso directo sirve para lavar los platos cotidianamente y para limpiar las superficies de la cocina, y, diluido en agua, para fregar el suelo y dejar la casa perfumada.

Experimentad con todos los cítricos que tengáis y compartid lo que funcione y lo que falle. Compartir es vivir, y las formas de vivir son diversas.