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Programa de cine para niños y niñas

Pequeñas historias del cine presenta una primera mirada a la animación nipona a través de uno de grandes narradores, Osamu Tezuka, creador de Astroboy, el popular niño robot.

El manga (cómic) y el anime (dibujos animados) no serían lo que son hoy sin la obra excepcional de Osamu Tezuka (1928-1989). Gran dibujante y narrador, trazó nuevos géneros y propuso soluciones narrativas que hoy siguen sorprendiendo por su originalidad. Precursor del clásico estilo de personajes manga de ojos grandes y animaciones exageradas, supo hacer de la novela gráfica un éxito de masas en Japón. El considerado Manga no Kamisama (Dios de los manga) además de introducir las nociones de montaje y ritmo cinematográficos en sus cómics, consiguió trasladar de manera extraordinaria sus historias y personajes a la pantalla con las versiones animadas de Astroboy y Kimba, entre otras. El impacto de la obra de Tezuka ha trascendido fronteras, y su iconografía y peculiar estilo han inspirado innumerables producciones hasta nuestros días, desde Shin Chan a El Rey León. Directores de cine como Stanley Kubrick (2001, Una odisea en el espacio) o Hayao Miyazaki (El viaje de Chihiro) se encuentran entre sus admiradores.

Tras su muerte, a los 61 años, Tezuka dejó 500 títulos publicados en 150.000 páginas de viñetas con guión y dibujos propios. Con ello obtuvo un éxito comercial sin precedentes. Sus largometrajes, series para televisión y cortos animados suman más de setenta títulos. Pero éxitos comerciales aparte, su obra más personal –en la que se centra este ciclo– es sin duda la más desconocida para el gran público. El programa revisa sus cortometrajes de autor y rinde homenaje a su faceta de mangaka con la versión cinematográfica de uno de sus primeros cómics, Metrópolis, realizada por dos destacados autores de anime, Rintaro y Katsuhiro Otomo.

Programa de Carolina Lopez Caballero


Programa

Sábados, 23, 30 de mayo y 6 de junio de 2009 a las 17.30 h

23 de mayo
Osamu Tezuka I
47 min (sin diálogos)

Tezuka creó a lo largo de su carrera cinematográfica, desde los años sesenta hasta los ochenta, una reducida y exclusiva colección de cortometrajes, más en la línea de lo que en ese momento estaban haciendo los animadores independientes en Europa y Estados Unidos que de las producciones comerciales.

Paradójicamente, a pesar de ser el creador de una estética japonesa por excelencia, Tezuka miró a Occidente, no solo para inspirarse en su trabajo más personal, sino para crear su peculiar estilo. La afición de su padre por los dibujos animados y las proyecciones familiares le descubrieron tanto el trabajo de los hermanos Fleischer como los primeros cortos de Walt Disney y sus personajes caricaturizados, de ojos grandes y movimientos elásticos (Oswald the Rabbit, Mickey Mouse, Popeye o Betty Boop). Todos ellos lo influyeron profundamente en la creación de sus propios protagonistas.

Los cortos presentados a continuación siguen caminos experimentales y se acercan más a los diseños modernos de la UPA o a los dibujos estilizados de Bruno Bozzetto que a los temas y al estilo que lo encumbraron.

Aru machi kado no monogatari (Cuentos de la esquina de la calle). Yamamoto Eiichi y Sakamoto Yusaku, basado en un guión original de Osamu Tezuka, 1962, 38 min

Se filmó un año antes que la popular versión animada de Tetsuwan Atom (Astroboy), la primera serie japonesa de dibujos animados de la historia.
En este primer corto de Tezuka, aparece una calle en la que los dibujos de los carteles cobran vida y se relacionan entre sí. También lo protagonizan algunos vecinos, como una niña, su osito de peluche y una colonia de ratones. Se caracteriza por la extraña mezcla de lenguaje infantil y adulto creado por uno de los animadores de La serpiente blanca, Sakamoto Yusaku, y por Yamamoto Eiichi, el realizador de Leo, emperador de la jungla (1997).

Jiga Zou (Autoretrato). Osamu Tezuka, 1988, 13 s

Osamu Tezuka transforma su cara en una máquina tragaperras. Diecinueve animadores de cinco países distintos fueron invitados a crear sus autorretratos animados. El conjunto estaba destinado a ser proyectado en festivales de animación y Tezuka respondió al llamamiento con la que fue su última obra independiente.

Ningyo (Sirena). Osamu Tezuka, 1964, 8 min

Tras cosechar un gran éxito gracias a la serie de televisión y los mangas de Astroboy, Osamu Tezuka realiza Sirena, al margen de las exigencias comerciales. Creado por un equipo de seis personas, Tezuka trabaja en la realización, la animación y el diseño. Un joven pescador se enamora de una sirena, pero en la sociedad represiva en la que vive no hay lugar para los soñadores. Dibujos estilizados para una película de gran sensibilidad con música de Claude Debussy (Preludio a la siesta de un fauno).

30 de mayo
Osamu Tezuka II
46 min (sin diálogos)

Mori no densetsu (La leyenda del bosque). Osamu Tezuka, 1987, 30 min

Relato ecológico en dos actos con música de Stravinski. Una pequeña ardilla voladora cae del nido. Sobrevive y se enfrenta a la locura destructiva del hombre. El bosque está amenazado por la tala de árboles y las excavadoras, así que animales, elfos y hadas intentan salvarlo. Un relato de gran belleza y actualidad planteado gráficamente como un homenaje al mundo de los pioneros de la animación. Tras una introducción de dibujos a lápiz (cuyo dinamismo lo ofrece el montaje), se sucederán los estilos de Émile Cohl (Fantasmagoría), Windsor McCay (Guertie la dinosauria), Otto Messmer (creador del gato Félix) los hermanos Fleischer (creadores de Popeye y Betty Boop), Walt Disney y la UPA. Los personajes y el bosque van cambiando su estilo mientras la historia continúa. Tezuka realizó esta obra ya enfermo y consciente de que sería posiblemente su última película.

Shizuku (La gota). Osamu Tezuka, 1965, 4 min

Tras un fructífero viaje a Estados Unidos donde vende las series de televisión (Astroboy, El Rey León) y conoce a Walt Disney, Osamu Tezuka se entrega con entusiasmo a la producción de dos largometrajes basados en las series mencionadas (iniciando así la moda japonesa de adaptar a la gran pantalla las series de éxito de televisión) y a la realización de una serie de 43 episodios, Space Patrol a partir de dibujos y marionetas. De esta época de gran creatividad surgen sus dos cortometrajes Cuadros en una exposición y La gota.

Un náufrago se muere de sed y su mayor deseo consiste en poder beber la gota que cuelga de un mástil de su balsa. Una tragicomedia sin palabras con estilizados dibujos.

Onboro Filmu (Película rota). Osamu Tezuka, 1985, 6 min

Brillante ejercicio sobre la propia esencia del cine y su soporte, el celuloide. Se trata de un western en el que no falta el vaquero y su chica, pero donde los verdaderos protagonistas son las rayas, la suciedad de la película, los reencuadres y las roturas de la cinta. Es una pieza moderna y divertida tanto para la nueva generación digital como para los que crecieron con las sesiones dobles de cine.

Jumping (Saltando). Osamu Tezuka, 1984, 6 min

La película muestra una cámara subjetiva sujeta a un personaje que empieza a saltar y luego no puede parar. Los cortos creados en los años ochenta se distinguen por su acento satírico, del que Saltando no es ajeno. Pero, con esta película, Tezuka quiere ofrecer una lección de cine en la que destaca la importancia del punto de vista. En estos originales dibujos animados podemos reconocer la influencia de autores como Bill Plympton (Mutant Aliens, Idiots and Angels), que ha hecho de los puntos de vista desmedidos su sello de autor.

6 de junio
Tezuka revisitado
1 h 48 min (v.e.)

Los manga de Tezuka han influido claramente en otros realizadores. Tezuka Productions, fundada por Osamu Tezuka en 1977, continuó llevando a la pantalla su obra incluso después de su muerte (Black Jack, 1996, Janguru Taitei Leo, 1997).

De entre todas ellas destaca Metrópolis, una producción en la que participó Madhouse, basada en el manga del mismo título. Metrópolis (editada en España por Glénat) es una obra clave en la historia del cómic japonés. La condición humana en un mundo tecnológico o las referencias a la guerra fría son algunos de los temas recurrentes en la obra de Tezuka. Una obra de juventud en la que ya se adivinan las maneras de un maestro.

Osamu Tezuka no Metoroporisu (Metrópolis de Osamu Tezuka). Rintaro, 2002, 108 min

Largometraje en dibujos animados y 3D basado en Metrópolis, uno de los primeros cómics de Tezuka. El guión toma como punto de partida, vagamente, la película Metrópolis (1927) de Fritz Lang. Tezuka presenta una ciudad futurista habitada por trabajadores (robots) y una clase dominante (humanos) entregada al ocio. Un científico lleva años trabajando en una niña robot, un ser perfecto de apariencia angelical que debe traer la paz a la megaurbe, en contra de los intereses de un grupo de políticos ambiciosos. Además de Tima, los protagonistas de la historia son el niño Kenichi y su tío Shunsaku Ban, investigador privado, contratado para descender a los estratos más bajos de la ciudad y resolver el misterio de la niña robot.

Se trata de una pieza de ciencia ficción con espectaculares escenarios y secuencias, como el hipnótico Apocalipsis final, en el que la ciudad se destruye mientras suena un clásico de Ray Charles.

Programa sujeto a cambios de última hora

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