05/01/2009 79' 7''
Fragmento de "Quartetino", de Josep Maria Mestres Quadreny

A cargo de Roc Jiménez de Cisneros

AVANT #5 repasa la trayectoria artística de Josep Maria Mestres Quadreny a través de este monográfico. Esta segunda parte, incluye una selección de su producción sonora desde 1962 a la actualidad.

Si hubiera que señalar un compositor del Estado que haya encarnado los ideales de rotura, de modernidad y de vanguardia que sacudieron la realidad musical de Occidente a lo largo del siglo XX, el mejor candidato sería probablemente Josep Maria Mestres Quadreny. Su producción, poliédrica como pocas, integra a la perfección las diferentes corrientes de pensamiento y las metodologías más avanzadas en el terreno compositivo de las últimas décadas, en un conjunto de obras muy variado, extraordinariamente cohesivo y sincero.

Su temperamento innovador le ha llevado a trabajar con un amplio abanico de formatos (música vocal, orquestal, electroacústica, de cámara, escénica), alternando y hermanando instrumentación tradicional con nuevos medios electrónicos, trascendiendo géneros (poesía, teatro, ópera, artes visuales) junto a los nombres clave del panorama artístico catalán, español, europeo y universal –Brossa, Tàpies, Miró, Prats, Villèlia. Y, por encima de todo, acercándose al fenómeno sonoro desde una perspectiva a menudo más propia de un laboratorio de investigación que de un compositor a la antigua usanza como pudieron ser Homs, Morera, Gerhard, Montsalvatge, Guinjoan o tantos otros predecesores y coetáneos.

Desde su primera obra, la ya prometedora y weberniana "Sonata per a Piano" de 1957, Mestres Quadreny demostraba que su objetivo vital era la renovación incondicional del lenguaje musical imperante. Muy pronto se podía intuir en la producción de Mestres una diáfana intención de romper radicalmente con todo, incluso con el dodecafonismo y el serialismo, auténticos estandartes de la nueva música a mediados del siglo XX, para empezar prácticamente de cero, siguiendo sólo sus propios planteamientos estéticos y técnicos. Más de cincuenta años después, se hace muy difícil no reconocerle el éxito rotundo de esta tábula rasa que tan bien ha sabido rellenar utilizando conceptos aplicados de campos tan diversos como las matemáticas, la probabilidad, la programación o el arte abstracto, y manteniendo siempre una impronta sonora innegable, bastante difícil de digerir para el público y el establishment musical de cada momento histórico. Incluso el actual.

Nacido en Manresa en 1929, la personalidad y la energía de Mestres Quadreny resultó capital a la hora de aportar los necesarios rayos de luz en una época de absoluta oscuridad política y social. No sólo desde su vertiente puramente compositiva, sino también como catalizador y dinamizador de un contexto cultural sencillamente baldío. Su decisiva implicación en entidades e instituciones tan relevantes como la Fundación Joan Miró, el Centro de Estudios Catalanes de la Universidad de París, el Consorcio del Auditorio y de la Orquesta Sinfónica de Barcelona‚ el Conjunto Catalán de Música Contemporánea o la Fundación Phonos, sirven de ejemplo perfecto de su incansable tarea de difusión y regeneración constantes. A todos los niveles.

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